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FESTIVAL EN CÓRDOBA

Los más feos del mundo

Si al caballo regalado no hay que mirarle el diente, a los novillos de festival no hay que mi rarles el trapío. Al menos, a los toreros y a los organizadores no les importó que salieran por el chiquero algunos de los novillos más feos del mundo. Se trataba de un festival a beneficio de la lucha contra el cáncer en el que los ganaderos regala ron un ejemplar y los diestros, que actuaron desinteresada mente, eligieron su novillo.Finito lidió uno de escasa presencia, de ésos que el de la localidad vecina te advierte que lo ha traído el conductor de coche de línea en un canasto. A Alejandro Castro le sacaron otro excesivamente gacho, con los pitones tan abrochados y pegados al hocico, que si llegan a tener electricidad se funden los plomos. Y a Ángel Estella, otro de escasos pitones y tan abiertos como un playero. Ponce, eligió uno de su ganadería y debían de estar peleados amo y subordinado pues el novillo anduvo pasando de su jefe hasta el final de la lidia donde se arreglaron un poco.

Varias ganaderías / Siete espadas

Novillos de Los Guateles, Enrique Ponce, La Quinta, Conradi, Victoriano del Río, María Luisa Domínguez, Jaralta y Moreno Miranda, en general mal presentados y de poco juego. Litri: oreja. Enrique Ponce: aviso con retraso y oreja. Finito de Córdoba: dos orejas. Pepín Liria: oreja. Alejandro Castro: aviso, leve petición y ovación. El Pireo: aviso y oreja. Angel Estella: palmas. Plaza de los Califas. 28 de febrero. Festival a beneficio de la Asociación Española de Lucha contra el Cáncer. Más de tres cuartos de entrada.

Los siete novillos estaban justos de fuerza y a pesar de ello los picadores les zurraron la badana tapándoles la salida.

La sorpresa surgió cuando el presidente, Diego Márquez, concedió la vuelta al ruedo al novillo de Finito. Nadie la había solicitado, pues no la merecía, pero el caso es que se le dio la vuelta, tal vez por haber demostrado un poquito de bravura y nobleza cuando Finito lo toreó con gusto al natural.

Litri podía haber sacado más de su novillo si no le hubieran pegado tanto en el caballo. Ponce peleó lo suyo para conseguir su oreja. Liria, con el novillo de más genio, hizo una faena emocionante basada en el natural. Los novilleros Castro, El Pireo y Estella no terminaron de acoplarse.

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