"La literatura es muerte, locura y libros"
"La intimidad es una mujer que mira a través de una ventana y ve una serie de historias que no puede contar, pero las escribe", explica Nuria Amat. Éste es, de hecho, el inicio de La intimidad (Alfaguara), la última novela de la escritora, en la que narra, en primera persona, la historia de una mujer marcada por la muerte prematura de su madre y una obsesión que roza la locura por los libros y la literatura. "Para mí la literatura es muerte, locura y libros. Son mis obsesiones. También pienso que son los temas de la literatura que a mí me interesa".Nuria Amat (Barcelona, 1950) se confiesa incómoda en su papel de escritora pública. Lo suyo, afirma, es la labor callada y se ve a sí misma como "una escritora invisible". "Los grandes escritores son los que están en silencio", añade. "Ahora lo nuevo calla, seguramente la vanguardia literaria está silenciada y lo que hace ruido es lo menos serio. La literatura no debe venderse ni prostituirse por el poderío de los medios de comunicación. Creo que para escribir hay que estar encerrado, vivir en un mundo propio y casi secreto. Por eso me gusta y defiendo la literatura minoritaria y maldita, lo que no quiere decir que sea difícil, sino que exige un cierto esfuerzo del lector. Al fin y al cabo, no es el libro el que tiene que buscar al lector" sino éste quien debe ir a la caza del libro".
Amat -entre cuyas obras anteriores figuran Pan de boca, El ladrón de libros, Amor breve, Monstruos y Todos somos Kafka- asegura que esta nueva novela es la que mantiene un hilo argumental más claro. "Los otros eran libros para escritores, pero de todas maneras mantengo una línea porque salen los mismos fantasmas y las, mismas obsesiones", afirma. La intimidad está plagada de elementos procedentes de la realidad que ha rodeado a la autora. Así, por ejemplo, describe minuciosamente el paisaje y ambiente de los barrios barceloneses de Pedralbes y Sarrià, que conoce bien; y, de forma esporádica, algunos hechos históricos como el regreso de Tarradellas a Cataluña o el funeral del poeta J. V. Foix.
Homenajes
Otros escritores y la misma literatura son también ejes importantes de la obra. Amat aprovecha para rendir homenaje, por ejemplo, a Charles Dickens -la protagonista se define en algún momento como "la hija de Dickens"-, Charlotte Brönte -Jane Eyre aparece como telón de fondo de la trama- y Juan Rulfo -el primer marido de la protagonista es escritor y se llama Pedro Páramo y el segundo es nieto del poeta catalán Carles Riba y lleva su mismo nombre-. "Lo que pienso de la literatura está en la novela", afirma Amat.También hay, en La intimidad, algunos elementos que están relacionados de alguna forma con su historia personal. Al igual que la protagonista, Nuria Amat perdió a su madre de niña, se crió cerca de un sanatorio mental y ha tenido desde siempre una pasión casi enfermiza por los libros, de lo que da cuenta su profesión, profesora en la Escuela Universitaria de Biblioteconomía y Documentación de Barcelona. "Antes de saber leer ya pedía que me regalaran libros", explica. "Me gustaba su olor y su tacto".
Aprovecha, en el libro, para "decir dos o tres cosas sobre los bibliotecarios" entre los que, reconoce, "hay algunos que odian los libros". Pero asegura que la novela tiene de autobiográfico lo que todas las novelas. "Siempre hay algo de uno mismo, pero aquí ha habido una voluntad consciente de jugar con el género autobiográfico. Me ha pasado en todos mis libros; me gusta mezclar los géneros, que el lector tenga la sensación de que la novela contagia la intimidad del escritor".
En La intimidad, la escritora confiesa haber querido crear una atmósfera de misterio en la que la protagonista, escritora de textos ilegibles, está siempre rozando la locura y en constante resistencia frente a la banalidad y frivolidad de un entorno que sólo se insinúa. "La intimidad es esta zona personal y secreta que todos tenemos dentro y que no puede explicarse".
