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Occidente toma Rusia

Pilar Bonet

En la polifonía propagandística rusa contra la ampliación de la OTAN participan las más diversas voces, desde el primer ministro, Víktor Chernomirdin, y el jefe del Gabinete presidencial, Anatoli Chubáis, que expresaron su repulsa en el foro económico de Davos (Suiza), hasta los diputados que han constituido un grupo antiOTAN en la Duma Estatal.Aparte de una minoría simpatizante con la ampliación, entre la que se cuentan liberales como el ex defensor del pueblo Serguéi Kovaliov y el ex ministro de Exteriores Andréi Kózirev, el consenso de los políticos rusos en contra es generalizado y utiliza argumentos comó éstos:

- La OTAN no se ha reformado en profundidad y su ampliación supone la aproximación de una poderosa y amenazadora máquina bélica a las fronteras de Rusia.

Occidente no ha cumplido los compromisos adquiridos como contrapartida de la unificación de Alemania, y por eso Moscú exige hoy el compromiso jurídico de no instalar armas nucleares en los nuevos Estados miembros de la OTAN.

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- Occidente actúa de forma inmoral al utilizar la debilidad de Rusia para ocupar su esfera de influencia de otrora, tanto en el ámbito del antiguo Pacto de Varsovia como del espacio postsoviético.

Más allá de los argumentos reiterados, en el debate sobre la OTAN afloran otros problemas internos de Rusia. En vísperas del siglo XXI, este país está aún confuso sobre su papel en el mundo. Sus hábitos (y vicios) de. gran potencia condicionan las estrategias basadas no en mitos, sino en inventarios fríos de las nuevas realidades economicas, sociales, demográficas, geoestratégicas y tecnológicas de Rusia.La imposibilidad de acabar de la noche a la mañana con los lastres económicos de la superpotencia soviética ha obligado a Chubáis a adoptar un lenguaje que hubiera sido insólito en 199 1, cuando los jóvenes liberales del equipo de Yegor Gaidar se proponían convertir rápidamente a Rusia en una democracia de corte occidental libre de las cargas del imperio. La ampliación de la, OTAN, dijo Chubáis en Davos, dará a los comunistas y ultranacionalistas los argumento! que necesitan como el oxígeno" para presentar a Occidente como una amenaza y puede tener como consecuencia la "revisión de importantes principios de la política exterior de Rusia".El Gabinete presidencial muestra hoy su patriotismo, en forma de compromisos con. la defensa del país. Alexéi Kudrin, funcionario al frente de la Dirección Central de Control del, Gabinete y un hombre de absoluta confianza de Chubáis, ha revelado que u departamento vigila la financiación de varios programas secretos de elaboración de nuevos armamentos.Los ciudadanos rusos estarán. dispuestos a apretarse "casi con gusto" el Cinturón si se les dice que esto es necesario para resistir al agresor occidental, dijo Chubáis en Davos. Esta afirmación, sin embargo, es cuestionable, ya que la sociedad rusa de, hoy carece de la cohesión de la sociedad soviética y está por ver si los dirigentes rusos, cuyas "reformas" han fomentado el individualismo y la estratificación social, podrían conseguir nuevos sacrificios en aras de la defensa del país. Una reciente encuesta del Centro de Estudios de la Opinión Pública de Rusia indicaba que un 40% y un 48% de la sociedad se oponen a la ampliación de la OTAN a los países del antiguo Pacto de Varsovia y a los países postsoviéticos, respectivamente, pero también indicaba que un 16% y un 14%, respectivamente, se mostraban favorables a estas, dos eventualidades, mientras un 22% y un 17% eran indiferentes. La medida que más responde a los intereses de seguridad de Rusia es el ingreso de este país en la OTAN (según un 9% de los encuestados) y el establecimiento de la colaboración con la Alianza (según un 23%). Un 16% de la población, según la encuesta, estaría a favor de crear una alianza que sirviera de contrapeso a la OTAN, y este porcentaje, según el sociólogo Leonid Sedov, es una pista sobre el contingente poblacional que, llegado el caso, podría movilizarse en contra de la OTAN.

El general Leonid Ivashov, jefe de la. dirección de cooperación militar internacional del Ministerio, de Defensa, ha manifestado que Rusia no puede responder con medidas militares a la ampliación de la OTAN, "ni siquiera en el caso de que se tomara esa: decisión política". El titular del departamento, Igor Rodiónov, y el secretario del, Consejo de Defensa, Yuri Baturin, escurren el bulto cuando se les interpela sobre las posibles medidas de respuesta. En una reunión con directores de periódicos, el ministro Rodiónov se quejó de la falta de renovación de las instalaciones nucleares y confesó tener dudas sobre la fiabilidad de los sistemas de dirección de las fuerzas nucleares estratégicas.

Al margen de que Rodiónov presione para conseguir su partida presupuestaria, sus pala bras son preocupantes, como lo es la desorganización que revelan las informaciones de Kudrin. Según este funcionario, en el presupuesto de 1996, el Gobierno se había olvidado de contabilizar el mantenimiento de 100.000 hombres del Ministerio de Defensa destinados en comisión de servicio a distintas .instalaciones militares, como el cosmódromo de Baikanur (en Kazajstán).

Si el peligro que emana de Rusia es el de una chapuza nuclear, la ampliación de la OTAN, tal como es presentada por sus representantes, no es garantía de seguridad para nadie. A no ser que Occidente asuma la responsabilidad de tomar bajo su control los objetos nucleares en territorio de Rusia, cosa que, según Rodiónov -citado por Vitali Tetriakov, director de Nezavisimaya Gazeta, podría suceder si la seguridad de las instalaciones atómicas rusas llega a una situación crítica. En opinión de este prestigioso periodista, el sentido común y el instinto de conservación justificarían la actitud occidental, pero, tras realizar esta operación, Occidente ya no se marcharía de Rusia.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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