Más de 300 sepultados por las avalanchas de fango en Perú

Más de 300 personas han quedado sepultadas y otras 3.000 han perdido sus casas por las avalanchas de fango y piedras registradas en el departamento peruano de Apurímac, en la cordillera andina. Los poblados de Pumaranra y Ccocha, cerca de la ciudad de Abancay, 480 kilómetros al sureste de Lima, han sido devorados por la tierra. Otros cuatro departamentos del país se han visto afectados también por las inundaciones, con un resultado provisional de otras 200 víctimas mortales. Un nuevo deslizamiento de tierras destruyó ayer decenas de viviendas en el distrito de Tamburco, también en la región de Apurímac, cuyos habitantes habían sido evacuados unas horas antes.

El Gobierno del presidente Alberto Fujimori ha enviado ayuda a las zonas devastadas -sobre todo, alimentos y tiendas de campaña-, que han perdido una gran par te de sus tierras cultivables. Otros países suramericanos, como Chile, han comenzado ya a colaborar en las tareas de auxilio que se desarrollan en Perú.

El ministro de Salud de Perú, Marino Costa, advirtió ayer que es preciso actuar con urgencia para frenar cualquier posible brote epidémico. Los servicios sanitarios están enviando medicinas, vacunas e insecticidas a las zonas más afectadas por las inundaciones y corrimientos de tierras.

Sin embargo, los equipos que recuperan los cadáveres sepultados se ven obligados a trabajar con palas y picos, ya que, dado lo accidentado del terreno, no es posible emplear maquinaria pesada.