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Major gana la moción de censura laborista que intentaba forzar elecciones anticipadas

El Partido Laborista perdió ayer acaso la última oportunidad en sus manos para arrinconar al Gobierno tory de John Major y obligarle a convocar inmediatamente las elecciones generales, previstas, en principio, para el 1 de mayo. La moción de censura contra el ministro de Agricultura Douglas Hogg fue ganada por el Ejecutivo por un confortable margen de 13 votos. Ni siquiera fueron necesarios los nueve votos del Partido Unionista del Ulster, que se abstuvieron en la votación. El ministro Hogg negó ayer rotundamente que el Gobierno tory hubiera llegado a un acuerdo entre bastidores con los unionistas para evitar una derrota que hubiera sido catastrófica para las intenciones de los conservadores de permanecer en el poder al menos hasta mayo.Durante el debate previo a la votación, Hogg anunció que el Gobierno intentará obtener de la Comisión Europea el levantamiento parcial de la prohibición que pesa desde hace 11 meses sobre las exportaciones de carne de vacuno británico. El ministro reconoció que una de las zonas que se beneficiará antes de esta propuesta en la que se incluyen las reses identificadas como libres de Encefalopatía Bovina Espongiforme, es Irlanda del Norte.

El partido conservador, que ha perdido la mayoría y dispone de 322 diputados, los mismos que la oposición en su conjunto, movilizó a todos sus efectivos -el ministro de Exteriores, Malcolm Rifkind, tuvo que regresar precipitadamente de Hong Kong y el ministro de Hacienda, Kenneth Clarke, de Bruselas- para evitar una derrota que, de producirse, se hubiera traducido en un voto de censura al Gobierno, que le hubiera obligado a convocar unas elecciones anticipadas.

Horas antes de comenzar el debate, el número dos del Partido Unionista del Ulster, John Taylor, había dicho claramente que esperaba un triunfo del Gobierno. Aun así, y habida cuenta del comportamiento de los diputados unionistas en el último debate sobre la crisis de las vacas locas, el 14 de noviembre pasado, cuando los nueve votos fueron a apoyar a la oposición, una última sombra de duda planeaba sobre la votación de anoche.

Técnicamente, la moción contra Hogg sólo pretendía reducir en mil libras el salario del ministro -que supera las 86.000 libras anuales (casi 17 millones de pesetas)- por los errores cometidos a lo largo de la crisis provocada por la epidemia de Encefalopatía Bovina Espongiforme, enfermedad de la cabaña bovina británica que puede contagiarse a los humanos y que ha costado a la Hacienda nacional más de 3.000 millones de libras. Sin embargo, tal, y como Hogg puso de relieve en su intervención ante la Cámara, a lo laboristas no les interesaba ni su salario, si siquiera su cabeza, sino la derrota del Gobierno tory que hubiera propiciado la convocatoria inmediata de elecciones.

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