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La esperanza es un ladrillo

5.000 personas, con sus cuitas a cuestas, han hecho cola ya para pedir un piso de la EMV

Antonio Jiménez Barca

, En sólo dos días con las ventanillas de información abiertas, los empleados de la Empresa Municipal de la Vivienda (EMV) han atendido, en sus oficinas de la calle de Oruro 6, a 5.000 personas. Todas, con la misma obsesión: conseguir uno de los 424 pisos baratos de protección oficial que oferta el Ayuntamiento.La cosa va a ser difícil. Los técnicos de la EMV calculan que solicitarán vivienda alrededor de 8.000 personas, así que aproximadamente unas 7.600 se quedarán con la esperanza puesta en los ladrillos de otra promoción.

En la cola de ayer, de unas 500 personas a las 10 de la mañana, había quien, con 37 años, sigue viviendo en casa de sus padres y colecciona convocatorias de todo tipo para conseguir el piso-chollo. "Estuve a punto de meterme en la PSV, pero me salí a tiempo; después, pensé en apuntarme al Plan 18.000, pero no me decidí; tengo una cuenta vivienda y ahora estoy aquí", resumía Enrique García, empleado en TVE con un sueldo de unas 130.000 al mes. Delante de él en la fila, Paloma García explicaba que a ella, en paro, a su marido, cristalero, y a sus tres hijos los van a echar pronto de la casa que habitan por una deuda. Y más adelante, una mujer de unos 28 años contaba que con el sueldo de' su marido (también 130.000 pesetas) tienen que pagar un alquiler de 70.000 pesetas.

Todos aspirarán a alguna vivienda de estos 424 pisos, divididos en 12 promociones, que serán adjudicadas a los puntos: hay puntos, entre otras cosas, por tener menos de 30 años, por estar suscrito a una cuenta vivienda, por número de hijos, por habitar una casa en estado ruinoso... Los precios de las casas rondarán los 12 millones para los pisos de protección oficial y los 17 millones los de precio tasado.

Los pisos se irán eliminando según los vayan copando los que obtengan mayor puntuación. Llegará un momento en que, por ejemplo, todos los que tengan 25 puntos sean 50 y queden sólo 30 pisos. Antes de que pase esto, todos los postulantes habrán adquirido un número resultante de un sorteo. Y este número decidirá los empates: las primeras 30 solicitudes de 25 puntos se llevarán los pisos. Entonces, ¿por qué entra todo el mundo en el sorteo? "Porque, una vez adjudicados los pisos, hay renuncias debido a que a muchas familias con buena puntuación les ha correspondido más de un piso -normalmente la gente se apunta a muchas promociones- y se producen más empates: el número del sorteo los decide, siempre que tengan la misma puntuación", explican en la EMV. Todas estas cábalas llegaban ayer a la cola. "Yo soy vendedor ambulante en Vallecas", decía José González, de 22 años, con una hija, aunque sin casarse, "y quiero que me den un piso. "Pero para eso hace falta la declaración de la renta", le informó uno. "Pues me la hago ahora; ¿y por padre soltero dan puntos?".

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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