El terciopelo rojo y los colores crudos impregnan los desfiles del Salón Gaudí

, Naomi Campbell fue ayer la estrella de la pasarela Gaudí, que comenzó el viernes en Barcelona. Desfiló en Mediterráneo Jeans a ritmo frenético, vista y no vista. Ella sola acaparó los flashes de las cámaras aunque estuviera acompañada por Valeria Maza y Judith Mascó, quienes, junto con un elenco de estupendas modelos, hicieron el resto del trabajo. Las pautas que determinan la moda de la próxima temporada vienen marcadas por un exceso de terciopelo rojo, gama de crudos, medidas entalladas y fantasía de color.En el desfile de Mediterráneo Jeans, más esperado por la presencia de Naomi Campbell que por su juego de tendencias, se dio, un verdadero acoplamiento de ideas entre el prêt-à-porter y el estilo informal. Por allí pasaron Pepe Jeans, Chevignon, Bonaventure, Cimarron, Replay, Desigual y Marithé & Françoise Girbaud, dejando vía libre a los amantes del estilo deportivo para combinar toda clase de prendas y mezclar toda suerte de conceptos: formas ajustadas y femeninas unas veces, andróginas otras; corte, tejidos y texturas elaborados y colores románticos.

Los pantalones los dirigen las caderas, las camisetas dejan el ombligo desprotegido y el bajo del pantalón tiende a ensancharse. El estilo militar se apodera del nailon y el verde caqui comparte espacio con naranjas, verdes, rojos y azulones, aunque sea el negro el que sigue mandando. El crudo es una apuesta global, un lugar común presente en todas las versiones, ya sea en forma de trajes ajustados, de gabardinas de piel plastificada o en las múltiples versiones realizadas con punto.

Desafiante Miguel Bosé

La puesta en escena más romántica correspondió al desfile de Armand Basi, completo y coherente en. todas sus propuestas. En él destacó, además de la presencia de un desafiante Miguel Bosé, la estética libertina y seductora del Don Juan de Zorrilla en terciopelo rojo, granate y morado. Las formas seductoras de Doña Inés contornearon una maravillosa figura, que encarnó Trizia Helser, arropada por abrigos del mismo tono y material. Las levitas sustituyen en este momento a las americanas, los trajes ajustados a los vestidos evasé, y las medidas largas mantienen su presencia sin desplazar por ahora las delicias de la minifalda.

Josep Font ofreció a sus incondicionales un desfile de tono impecable. En pocas ocasiones pueden apreciarse bajo el espejismo de la pasarela las maravillas de una colección. Riqueza en tejidos de seda y terciopelo, armonía en colores morados, azules, granates y oro viejo; largos hasta el tobillo, juegos de costuras que abrazan la zona del pecho y estudiados contrastes de brillos y mates. Poco acostumbrado a ejercer de provocador, sus diseñs más aplaudidos encumbraron la sensualidad de las transparencias, enmarcadas de elegante sutileza, al tiempo que dejaba claro que ésa era su propuesta de pasarela y que cada cual es libre de tapar su pudor como mejor le convenga.

Antonio Miró presentó su colección el viernes y demostró que cuando va más allá en busca de la originalidad, saca transparencias y escotes traseros hasta el máximo. David Valls también fue protagonista de la jornada. Presentó un estilo tan personal como repetitivo, de líneas simples, lánguidas y ajustadas.