La oposición serbia acepta suspender las protestas si el Parlamento reconoce su victoria electoral

"Pondremos fin a las manifestaciones para dar una oportunidad al diálogo". Así indicaron ayer en París los tres líderes de la oposición serbia, que están dispuestos anormalízar de inmediato la situación en las calles de Belgrado y a negociar con el presidente Slobodan Milosevic, siempre que éste cumpla su promesa del martes y acepte la victoria de sus adversarios en las elecciones municipales. De momento, sin embargo, salieron de París a tiempo para la manifestación que como cada día desde las elecciones de noviembre se celebra en Belgrado y en otras 20 ciudades serbias.

, Los dirigentes opositores Vuk Draskovic, del Movimiento Serbio de Renovación; Zoran DJindJic, del Partido Demócrata, y Vesna Pesic, de la Alianza Cívica, fueron recibidos con todos los honores por el ministro francés de Asuntos Exteriores, Hervé de Charette, lo que el trío interpretó como "un reconocimiento formal por parte de Francia a los partidos que nosotros representamos" y "un importante apoyo a la democratización serbia".Francia, como el conjunto de los países de la Unión Europea, fue muy prudente cuando, 11 semanas atrás, comenzó en Belgrado la protesta popular contra Milosevic. De Charette justificó la evolución de la actitud francesa por el hecho de que la coalición opositora había "demostrado, a lo largo de las pasadas semanas, su representatividad y su madurez". El ministro especificó que el Gobierno francés deseaba, tras la normalización y el traspaso de poderes en los ayuntamientos, "la apertura de un diálogo entre Gobierno y oposición, la organización democrática de las próximas elecciones presidenciales y legislativas, y el libre acceso a los medios de comunicación".

Sus invitados serbios correspondieron a la muestra de apoyo aceptando como "suficiente" para abandonar la calle y empezar a negociar que el Gobierno de Milosevic reconociera la victoria de la oposición. El Parlamento deberá plasmar en ley ese reconocimiento verbal, el martes. Draskovic advirtió, sin embargo, que la oposición democrática había sufrido "muy malas experiencias en el pasado".