China recibe con buenos presagios la llegada del nuevo año lunar

A medianoche de hoy el buey sustituirá a la rata, los dirigentes comunistas chinos darán la bienvenida al año nuevo lunar con buenos presagios sobre su potencial simbólico. En las calles de Pekín ha ido creciendo el ambiente de optimismo y el consumo a medida que se acercaba la festividad. "Creo que en un año del buey, bajo la influencia de este clima, la gente será menos retorcida y más fiable" asegura Zhang Wei, un editor de 35 años. "Tal vez sea superstición, pero realmente es lo que deseo". Ni el presidente Jiang Zemin le llevaría la contraria.

, Cuando el reloj esté a punto de anunciar el nuevo año, Jiang aparecerá en televisión con un mensaje político disfrazado de salutación festiva. Es el sueño de todo dirigente: la Televisión Central China (CCTV) estima que 700 millones de ciudadanos conectarán en algún momento con su especial de la víspera del año nuevo lunar.Oficialmente, el Año del Buey se ha designado ya como un año importante en China, con "tres acontecimientos relevantes": el regreso de Hong Kong a soberanía china el 1 de julio, el pleno quinquenal del Partido Comunista en octubre y el desvío del río Yangtze en noviembre como parte del proyecto de la presa de las Tres Gargantas. Por primera vez esta noche, el programa especial de la CCTV incluirá entre sus invitados a estrellas de la música y el cine de Hong Kong.

Buenos augurios

Se trata de un año clave para Jiang mientras intenta ampliar su base de poder y, como hombre nacido en un año del tigre, debe de estar contento con las predicciones hechas para su horóscopo este año por el renombrado futurólogo Sung Siu-kwong, en el South China Morning Post de Hong Kong. "Un año excelente... en el que había progresos notables en su carrera... Recibirá la ayuda de un consejero". El principal consejero de Jiang en los últimos años ha sido, por supuesto, el anciano Deng Xiaoping, de 92 años, quien durante mucho tiempo ha despreciado las informaciones sobre su dimisión inminente. Como dragón, Deng puede esperar "buenas perspectivas", según Sung. "Aunque habrá obstáculos durante el año, [un dragón] será capaz de superarlos", asegura el adivinador. No obstante, por tercer año consecutivo, Deng no aparecerá en público durante las celebraciones del año nuevo.

Para los chinos de a pie, el año nuevo lunar es la principal festividad del año y un periodo durante el que las familias aguantan lo peor del sistema de transporte público del país para reunirse y comer juntos los tradicionales y simbólicos pastelillos de fruta al llegar la medianoche. Este año el Ministerio de Transporte calcula que se producirán un total de 1.700 millones de traslados durante las vacaciones. Como en la Navidad occidental, la comida es el centro de la fiesta. Un periódico local estima que sólo los residentes en Pekín darán cuenta de 70.000 cerdos, 5.000 toneladas de ternera y cordero, 1.050 de huevos y 56.000 de verduras. A partir de mañana, los parques y jardines se llenarán se puestos en los que se ofrece música, bailes, acrobacia y, tal vez, un subrepticio adivino.

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