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Negocio y pecados de juventud

La agitada vida sentimental de Norma Jeane Baker, in arte Marilyn Monroe, unida a su valor de icono en la cultura de masas contemporánea hizo de ella carne de escándalos. Una caterva de personajillos en busca de notoriedad mediática ha construido una suerte de vida paralela en la que se mezclan desde una supuesta promesa de matrimonio de Robert Kennedy hasta un primer filme erótico, Apple-knockers & The coke botte, de Bruce Connor, que la tendría por protagonista, pasando por numerosos desnudos fotográficos.El que el vulgar y decididamente casposo cortometraje que ahora se airea esté o no protagonizado por la Monroe no es cosa baladí: si realmente es ella, las cifras que moverá el asunto podrían alcanzar los siete ceros en pesetas. Poco importa que detrás del chollo sólo haya para autentificarlo una comedida carta de Alan Brown, funcionario del American Film Institute (AFI), y que en el bando opuesto nieguen la identidad de la protagonista coleccionistas autóctonos como Frederic Cabanas, así como la representante legal de la actriz, Anna Strasberg (que amenaza con una querella criminal).

Resulta muy difícil establecer taxativamente, sin un cuidadoso examen iconográfico que el propietario no ha realizado hasta la fecha, si es o no Marilyn quien interpreta, a veces riéndose francamente del asunto y siempre con una desarmante frialdad en su actitud erótica, a la mujer de la cinta. Su gordura -es bien cierto que se sometió a varias operaciones después de 1947-, la mala calidad de la copia y la nula pericia del director hacen casi imposible la identificación.

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