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El entorno de Kohl sigue con dudas de que España deba entrar en el euro

Victoria Carvajal

, Horst Siebert, presidente del Kiel Institute y uno de los cinco sabios que asesoran al Gobierno del canciller alemán, Helmut Kohl, expuso ayer, durante su intervención en la reunión anual del World Economic Forum que se celebra en Davos (Suiza), sus dudas acerca de que países como España e Italia, con poca tradición de estabilidad de precios, deban entrar en la primera fase de la Unión Económica y Monetaria (UEM).

Otros especialistas, como el director del Instituto de Economía Internacional, Fred Bergsten, advirtieron de una posible crisis financiera internacional en los próximos años, en Japón o en Europa.

"En los próximos meses habrá un feroz debate sobre si éstos países [España e Italia] participarán o no en el euro", señaló Siebert, y añadió: "Yo creo que no van a entrar en la primera fase, y esto provocará una salida masiva de los activos denominados en estas monedas que presionará al alza los tipos de interés, deprimirá sus bolsas y depreciará sus tipos de cambio".

[El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, presente en la reunión de Davos, salió al paso del pesimismo expresado por Siebert y aseguró que, sobre la integración de España en la moneda única, en los últimos días ha oído muchas opiniones positivas, incluida la del Gobernador del Banco de Francia, Jean Claude Trichet, informa Efe. Pujol resaltó que "los datos económicos están mejorando en España".]

Siebert, que puso voz a los comentarios de algunos banqueros alemanes presentes en la reunión, destacó los peligros que entraña el proyecto de unión monetaria. Esos peligros, según economistas y banqueros, aumentan la posibilidad de una nueva crisis financiera.

Ernest Moritz Lipp, director general del Dresdner Bank, coincidió con Siebert y pronosticó que puede haber una marcha atrás en la fuerte reducción de los tipos de interés a largo plazo en países de la Europa del sur inducida por la creencia de que participarán en la moneda única.

La posible desilusión que puede provocar en los mercados un euro formado por pocos países y la fuerte y persistente caída del yen y de la bolsa de Japón por el estancamiento de la economía son dos focos de tensión que pueden dar al traste con las perspectivas de crecimiento en el mundo.

Choques y desafíos

Lawrence Summers, subsecretario del Tesoro de Estados Unidos; Kosaku Inaba, presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Japón; Fred Bergsten, director del Instituto de Economía Internacional, Horst Siebert y Ernst Moritz Lipp, intentaron responder a las incertidumbres que reserva el futuro.

Ante los cerca de 2.000 líderes políticos y empresariales que cada año se reúnen en la estación de esquí de los Alpes suizos, varios de los conferenciantes citados coincidieron en advertir de la posibilidad de una crisis financiera internacional.

El origen se situaría en Europa o Japón y, para sorpresa de algunos, no en EE UU, donde se teme una fuerte corrección de la Bolsa de Nueva York.

Para Bergsten, el principal peligro procede de Japón. La economía nipona está estancada desde hace cinco años. "En ese periodo no ha reaccionado a los estímulos fiscales ni a la bajada de los tipos de interés a casi cero, ni tampoco le ha servido su dominante posición cornercial".

Esta situación explica, en su opinión, la constante caída de la Bolsa de Tokio -un 12% sólo en este mes y más de un 25% desde mediados de 1996- y el desplome del yen, un 40% desde mediados de 1995. "Si siguen estos descensos, se puede llegar a una situación de pánico" concluyó Bergsten.

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