Entrañable evocación

La cineasta española Cecilia Bartolomé, hundida tras el fracaso del encargo ¡Vámonos,, Bárbara! (1977), su primera película, reapareció para hacer el díptico de documentales sobre la transición Después de... (1981), un trabajo más televisivo que cinematográfico, y ahora acaba de estrenar Lejos de África, la más personal y mejor de sus películas.Con fuerte carga autobiográfica, narra la vida de un médico español y su familia en Guinea Ecuatorial, cuando era colonia española, entre 1950 y 1961, a través de los ojos de su única hija. Dividida en tres partes claramente diferenciadas (infancia, adolescencia y primera juventud de la protagonista), Lejos de África tiene la fuerza de lo vivido, de lo auténtico, pero también del problema de alguien que se ha enamorado de sus imágenes y no quiere reducirlas, acortarlas, desprenderse de algunas de ellas en beneficio del conjunto.

Centrada en el deslumbramiento que para la joven Susana significa el descubrimiento de un nuevo continente y en el nacimiento de su amistad con la guineana Rita, Cecilia Bartolomé demuestra no tener poder de síntesis a la hora de contar el peculiar desarrollo de su amistad y no saber aprovechar las posibilidades que le brinda la voz de fondo de la protagonista, que puntualiza la narración desde el presente.

De manera que frente a una minuciosa y demasiado descriptiva primera parte, situada en 1950,lastrada por el poco atractivo de la niña que encarna a Susana, destaca una excelente parte central, ambientada en 1956, en buena medida por el gran trabajo interpretativo que Cecilia Bartolomé consigue de las estupendas debutantes Alicia Gogo y Yanelis Bonifacio, para llegar a un interesante y dramático final, situado en 1961, donde resulta algo larga la huida de las protagonistas,

Relatada con un excesivo pudor, aunque en él reside buena parte de su encanto, Cecilia Bartolomé demuestra en Lejos de África su gran habilidad para narrar las sutilezas del amor entre dos mujeres de diferentes razas en que se apoya su historia. Su mejor baza es el descubrimiento de Alicia Gogo y Vanelis Bonifacio que, bien secundadas por Xabier Elorriaga, en el papel del padre, e Isabel Mestres, en el de la madre, dan al conjunto un tono tan entrañable como personal.