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El Parlamento albanés autoriza al presidente a desplegar el Ejército para mantener el orden

El Parlamento de Albania dio ayer al presidente Sali Berisha poderes especiales para restablecer el orden después de que decenas de miles de manifestantes se enfrentaran a la policía antidisturbios en la capital, Tirana, y prendieran fuego a numerosos edificios oficiales en varias ciudades de ese Estado balcánico. Las protestas de los albaneses están motivadas por la pérdida de sus ahorros en inversiones que eran, en realidad, estafas. La promesa del Gobierno de reembolsar el dinero a los ciudadanos no sirvió para nada. De ahí la reunión de urgencia del Legislativo, que dio poder a Berisha para desplegar soldados que mantengan abiertas las carreteras y protejan los edificios oficiales.

"Esta decisión no tiene nada que ver con un estado de emergencia, pero el tráfico, los depósitos de agua, las reservas de petróleo, los ayuntamientos y otros lugares estratégicos no debieran ser atacados", manifestó el ministro de Asuntos Exteriores, Tritan Shehu, víctima él mismo de la ira de los afectados por el fraude el día anterior en Lushnje, 80 kilómetros al sur de Tirana. Shehu, que resultó herido en la cara, se vio obligado a esconderse, junto a sus escoltas, en el estadio local hasta que pudo escapar por la noche aprovechándose de un corte de luz. Los manifestantes querían canjearle por dos de los responsables del fraude bancario que están desde el jueves en manos de la policía.Las medidas de emergencia siguen a tres días de disturbios que se agravaron ayer. Las llamas devoraron la sede de la empresa estatal de petróleo Albpetrol en la ciudad sureña de Patos. Corrieron la misma suerte el Ayuntamiento de Vlore -donde aún se oían explosiones por la tarde-, el de Bolisene y el de Berat, donde también ardieron la comisaría de policía y la oficina del fiscal. En Korce, la prefectura y la sede del Partido Demócrata del presidente Sali Berisha resultaron parcialmente destruidos. Lushnje también volvió a estallar ayer.

"El poder es el responsable de la crisis actual", declaró en Tirana Rexep Mejdani, líder del Partido Socialista Albanés (ex comunista, en la oposición). Mejdani culpó a Berisha de la situación y pidió la dimisión del Gobierno conservador ante una manifestación de 30.000 personas en la capital albanesa.

Las fuerzas de seguridad, que ayer se encontraban en estado de alerta, intentaron dispersar la manifestación con cañones de agua a presión y disparos al aire. Pero la gente se volvió contra ellos. Cinco agentes resultaron heridos cuando una columna de un millar de manifestantes se separó de la protesta y avanzó hacia los antidisturbios para intentar hacerles retroceder con piedras. Un helicóptero sobrevolaba la zona. La batalla campal continuó, y por la tarde los agentes tuvieron que batirse en retirada y refugiarse en los cercanos edificios del Parlamento, el Banco Nacional y el Palacio de Cultura. En vista de ello, el Gobierno sacó los soldados a la calle.

El Gobierno ha prometido empezar a reembolsar el dinero perdido a partir del próximo 5 de febrero, y para ello utilizará los fondos de las cuentas bloqueadas a dos de las cuatro entidades bancarias implicadas en el escándalo. Pero esas reservas ascienden sólo a 35.000 millones de pesetas, un 10% de lo reclamado.

Uno de cada tres albaneses está afectado por un fraude que asciende a 342.500 millones de pesetas. Cientos de miles de familias de este país de 3,5 millones de habitantes han sido víctimas de un sistema que prometía intereses de hasta el 100% mensual, un sueño para salir de la miseria en el país más pobre y aislado de la antigua Europa comunista, completamente ajeno a las actividades capitalistas de algunos banqueros que hicieron que muchos vendieran casas, tierras y ganado para descubrirse sin nada de la noche a la mañana.

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