Las bandas del año que empieza

El público premió con una afluencia, masiva el notable esfuerzo que Carlos y Gemma Subterfurge hacen desde años para que el rock'n roll nacional siga vivo. Para celebrarlo, el sello discográfico mostró tres excelentes prototipos de una escudería musical que va camino de convertirse en histórica. Abrió la noche el Garage Rock del quinteto femenino de Gijón Undershakers. Estética Sixtie, electricidad y energía, como la que puebla su primer álbum Nigth show, son los poderosos argumentos de este grupo empeñado en demostrar que el rock vive igual en manos femeninas. Su versión del Money, de Berry Gordy, estuvo a la altura de las mejores.En segundo lugar, los albaceteños Mercromina: volumen y distorsión en una actuación muy densa. Estos veteranos -en sus filas militan ex componentes de los legendarios Surfin Bichos- exhibieron un dominio escénico e instrumental reseñable, aunque el sonido no respetó el modo susurrante de su solista Joaquín Pascual. Una lástima, porque sus maneras hacían apetecible disfrutar de las letras tanto como se podía gozar del estruendo musical.

Y al final de la velada el campo quedó abonado para el triunfo de los madrileños Dover. Este cuarteto se encuentra, sin lugar a dudas en su momento creativo ideal de cara a una posible aceptación por el gran público; y todo ello gracias ala extraordinaria labor de su vocalista, una fuera de serie llamada Cristina Llanos. Esta cantante lo tiene todo: energía, cantidad de voz, dinamismo y emoción. Sólo le falta cantar en castellano.

Pero es que, además, tiene la suerte de rodearse de un grupo compacto, en el que destaca por derecho la guitarra de su hermana Amparo, capaz de interpretar un rock poderoso, verosímil y con enjundia suficiente para calar. Todo ello a juzgar por la reacción del público ante temas como Loli Jackson, She will o Anacrusa. Dover deberá ser, si la lógica es tal, un nombre importante para el rock español.