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España no supeditará su ayuda a Túnez al respeto a los derechos humanos

El Gobierno español considera que no va en favor del interés nacional condicionar la cooperación económica con Túnez al respeto a los derechos humanos en ese país. Ésa es al menos la opinión de los asesores diplomáticos de La Moncloa ante la primera reunión de alto nivel hispano-tunecina. La estabiiidad de la orilla sur del Mediterráneo, donde la amenaza del fundamentalismo islámico se plasma en el baño de sangre que padece Argelia, impone un realismo diplomático que, sin duda, presidirá la entrevista de mañana entre el primer ministro de Túnez, Hamet Karoui y el presidente José María Aznar.El encuentro es fruto del convenio de amistad, buena vecindad y cooperación con Túnez firmado por el anterior Gobierno español en octubre de 1995. España, que sólo mantiene cumbres anuales con, cuatro países europeos y con Marruecos, destaca así su preocupación por la situación en el norte de África. El secretario de Estado, Fernando Villalonga, viajó la pasada semana a Túnez para preparar la reunión, en la que se analizará el estado de las relaciones bilaterales y se buscarán formas de incrementar la cooperación entre ambos paises.

La diplomacia española, según fuentes de la presidencia del Gobierno, no sólo busca respaldar el proceso de apertura política que vive Túnez -tras una dura etapa de lucha contra el integrismo islámico-, sino que también quiere estrechar las relaciones políticas; económicas, apoyando el proceso de prívatización, e incluso de defensa, despejando cualquier ternor tunecino sobre la Eurofor, una fuerza de intervención rápida constituida por Fancia, Italia Portugal y España.

Túnez está presidido por Zin el Aidin Ben Ali, un médico que, en su día, dirigió la seguridad militar y depuso hace nueve años al padre de la nación, Habib Burgiba, en un golpe palaciego. El país se ha convertido en un modelo de desarrollo para Europa por la apertura de su economía. Entre 1996 y 1998 recibirá 250 millones de ecus (más de 40.000 millones de pesetas) del Programa Meda de la UE para estimular las privatizaciones y competitividad.

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