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ESPACIO

La explosión del cohete 'Delta II', un reves para EE UU

La explosión y destrucción del cohete Delta II el pasado día 17 supone un duro golpe para el programa estadounidense de lanzamiento de misiones espaciales no tripuladas así como de satélites comerciales. La puesta en órbita de varios satélites del sistema avanzado de telecomunicaciones Iridium está prevista para 1997 con este lanzador, pero los planes han quedado paralizados de momento hasta que se conozcan con precisión las causas del accidente.El Delta II, construido por la empresa McDonnell Douglas, explotó 13 segundos después del despegue en Cabo Cañaveral (Florida). A bordo iba el satélite Navstar Block IIR, de las fuerzas aéreas estadounidenses y construido por Lockheed Martin Corp., valorado en 40 millones de dólares (unos 5.000 millones de pesetas); era el primero de una nueva generación de satélites del Global Positioning System, sistema de localización de carácter militar aunque utilizado también en todo el mundo para usos civiles.

Autodestrucción

El sistema interno del cohete, diseñado para detectar cualquier fallo, activó el dispositivo de autodestrucción; después, los operadores de tierra enviaron también la orden de explosión para minimizar el peligro que supone la caída al suelo de fragmentos grandes del lanzador y su carga, según explicaron los responsables. Todavía no se conocen las causas del desastre, aunque las imágenes registradas indican que la explosión se originó en la parte inferior del cohete, donde van situados los nueve propulsores de combustible sólido y el motor principal de combustible líquido, construido por Boeing Company.El Delta II es el principal lanzador espacial estadounidense no tripulado, y la explosión, la primera que se produce en un Delta desde 1986, supone un serio revés para el programa de lanzamientos de ese país, que hace 20 años volcó en el transbordador espacial casi todo su esfuerzo tecnológico en este área. Dos naves automáticas de la NASA (la Mars Global Surveyor y la Mars patlifinder) salieron en Delta II el año pasado con destino a Marte.

Iridium, es un consorcio internacional para poner en órbita una red de 66 satelites que rodearán el planeta para proporcionar comunicaciones inalámbricas en todo el mundo.

El programa Delta se inició a finales de los años cincuenta, cuando la NASA encargó a McDonnell Douglas la modificación del misil balístico Thor para convertirlo en un lanzador espacial.

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