África, tragedia olvidada

La comunidad internacional suspiró aliviada tras el regreso a Ruanda de casi un millón de refugiados hutus que vagaban por el este de Zaire. Y no sin razón: se había evitado una catástrofe humanitaria sin precedentes. ( ... ) Sin embargo, el problema no puede considerarse cerrado. Las víctimas del frío aquí en casa no deben hacer olvidar la tragedia allí de niños que están muriendo de hambre. Y quedan todavía muchos refugiados por regresar a sus hogares. ( ... )Si las víctimas de los últimos enfrentamientos se cuentan hasta ahora por decenas ( ... ), persiste el riesgo de ver en Ruanda, como en el vecino Burundi, una exacerbación que termine en baño de sangre.

Las dificultades políticas y materiales de pasar a la acción para intentar preparar el escenario de una tragedia anunciada no deben servir para que la comunidad internacional espere con los brazos cruzados a que se produzca lo peor.

Después de una serie de polémicas durante los últimos meses, franceses y estadounidenses parecen ahora decididos a coordinarse.

Y si aún no han puesto a punto las distintas modalidades de una operación de socorro, saben que el tiempo apremia.

Las organizaciones humanitarias proponen soluciones. Hay que escucharlas y proporcionar, ahora, los medios necesarios para su puesta en práctica. Todos los medios necesarios contra el cinismo y la indiferencia.

17 de enero