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"No hay otra, salida que votar en mayo"

ENVIADO ESPECIAL, Si prevalece la convicción del nuevo presidente búlgaro, habrá elecciones generales esta primavera, y hasta entonces un Gobierno de gestión dirigirá los destinos del agónico país balcánico. O lo que es lo mismo, triunfarán las tesis de la oposición y la calle y los socialistas en el poder habrán perdido su batalla para continuar. Éste es el resumen de una entrevista de Petar Stoyanov con EL PAÍS, en la que el jefe del Estado electo se ha resistido numantinamente, por cuestiones obvias, a responder abiertamente a las dos cuestiones fundamentales que tiene planteadas Bulgaria.

Petar Stoyanov nunca habría creído hace un año que este domingo 19 de enero juraría la primera magistratura búlgara. Tampoco, una vez ganadas con gran mayoría las elecciones presidenciales de noviembre en nombre de la oposición conservadora, que recibiría en herencia un país socialmente desarbolado, con la gente echada a las calles y al borde del colapso económico final. A años luz del papel básicamente ceremonial que la Constitución le asigna, él es el único poder real en este vacío de poder. El ex abogado divorcista Stoyanov, un hombre de provincias de 44 años, va a arbitrar esta semana la decisión de su vida. Todavía en su despacho parlamentario, donde hace un hueco a este enviado en medio de una agenda de novia en vísperas de boda, admite que "como usted ve, no es el día más sonriente de mi vida".

Acuerdo de todos

"El Partido Socialista espera, en el sentido jurídico, un mandato mío. Pero, políticamente, las expectativas sociales son completamente diferentes. He pedido al partido gobernante y a la oposición que se pongan de acuerdo para que alguien mande eficazmente en los próximos días y semanas. Y que tengan en cuenta no sólo la letra de la Constitución, sino la realidad y lo que necesita Bulgaria. Cuando entre a mi despacho el lunes cumpliré con mi deber. Pero he dicho que otorgar un mandato a los socialistas no va a resolver la crisis, ni hará que la gente vuelva a sus casas. Se necesita el acuerdo de las fuerzas políticas al menos en un punto fundamental: la inmediata reforma económica. Los búlgaros tienen un nivel de vida bajísimo, resultado directo de la falta de reformas serias".Stoyanov, parece no desmayar por el hecho de que socialistas (ex comunistas) y coalición de, oposición estén aparentemente tan alejados., Los primeros quieren imponer al primer ministro Nikolai Dobrev y elecciones no antes de otoño. La Unión de Fuerzas Democráticas veta un nuevo Gobierno rojo y exige comicios en mayo. El tiempo vuela y el caos paraliza el país. "Soy más optimista que usted. Durante la última semana, el partido gobernante y la oposición se han aproximado en al menos dos puntos importantes: la celebración de elecciones anticipadas y la disposición a negociar sobre un programa de choque contra la crisis. Con posiciones más o menos comunes sobre aquellos extremos creo que se pueden encontrar también soluciones para estos dos últimos. El mayor problema es que ningún Gobierno podrá controlar la situación en Bulgaria si no recibe apoyo de la oposición, actual o futura".

Silencio interminable a la pregunta de cuándo deben celebrarse elecciones. Finalmente, Stoyanov habla. "Los vaticinios son difíciles. El lunes lo sabré mejor. Si percibimos la agonía de hoy y la incapacidad del Parlamento para encontrar soluciones, hay dos posibilidades: inmediatas, es decir en mayo; o, como quieren los socialistas, a finales de año o comienzos del próximo. Tengo miedo de que esta segunda opción no encuentre la comprensión popular. La gente que está en la calle representa un factor político muy importante... Puesto que necesitamos inmediatas medidas económicas, la primavera puede ser una de las posibilidades más adecuadas".

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Gabinete de gestión

El sucesor de Zheliu Zhelev al frente de la jefatura del Estado cree que la eventual disolución del Parlamento el mes próximo y la existencia de un mero Gabinete de gestión no dificultaría las conversaciones con el Fondo Monetario Internacional, la más importante e inmediata de las asignaturas búlgaras. Parece incluso que hubiera recibido garantías de Washington en éste sentido. "Creo que iniciarán negociaciones si este Gobierno tiene una idea clara sobre el marco de funcionamiento del consejo de vigilancia monetaria [un mecanismo previsto que significará de facto el control de la economía búlgara por parte del FMII. La cuestión es sin embargo, otra. Si puede formarse un Gabinete que no sea de gestión, más fuerte, que pueda dar impresión de credibilidad. ¿Se sentiría un eventual nuevo Gobierno del Partido Socialista, sufriendo esta presión callejera, lo suficientemente seguro y estable para llevar a cabo esas negociaciones? Me temo que no puede ser así".¿Va a intentar entonces el presidente Stoyanov convencer al partido gobernante de que no debe pretender un nuevo mandato, de que prepare elecciones en mayo? "Exactamente. Pero también a la oposición de que la situación exige aplazar los intereses partidistas en favor de los nacionales de Bulgaria (éste podría ser un título adecuado para su entrevista). No tengo otra salida. Lo que es más importante, Bulgaria no la tiene".

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