1.401 horas de viaje con Cristina Lliso
De Esclarecidos se puede esperar cualquier cosa y casi siempre buena. Su larga carrera, anudada disco a disco por el amor y afán de perfección, ha culminado momentáneamente en 1996 con la edición de su atrevido último trabajo, La fuerza de los débiles, un disco que devuelve el ánimo a la escena musical. La noche del jueves fue un buen momento para que Cristina Lliso y sus compañeros celebrasen un improvisado cumpleaños: acababan de cumplir 1.401 horas desde su primer concierto en Rock-Ola, algo de
merecida celebración cuando aquí una carrera casi no existe.
Esclarecidos
Cristina Lliso (voz), Miguel Herrero (guitarra), Coyan Manzano (bajo), Nacho Lliso (saxo), Ángel Celada (batería), Luis Lozano (teclados), Marcelo Fuentes (guitarra), Suso Sáiz (guitarra y ruidos). Entradas: 1.500. Sala Caracol. Madrid, 16 de enero.
La banda, ayudada por viajeros que han entrado y salido desde su nacimiento en el 82, ha recorrido durante tantos años cualquier estilo careciendo de prejuicios, algo que siempre se ha percibido en su música y les ha mantenido en forma; cuando les apeteció, rondaron la salsa urbana y los ritmos más cálidos o los más fríos, el jazz, el pop, el rock, y ahora, con vértigo -tal y como declaraba Cristina Lliso hace unos días-, pero sin temor, adaptan el presente que nos rodea a su música y rebuscan en efectos, ruidos, cajas de ritmo, dando como resultado un último trabajo lleno de contenido. Es La fuerza de los débiles un disco contemporáneo donde las letras tocan la vida de una manera especialmente comprometida pero siempre poética.Cualquiera que esperase la reproducción fiel del contenido de La fuerza de los débiles sobre el escenario no fue recompensado con su imitación; Esclarecidos quiso ofrecer el postre como entrada repasando, en una reescritura áspera, temas como A flúor, No hay nada como tú, Heaven y No quiero, canciones de otros tiempos que fueron hiladas con lo nuevo de su repertorio. Cristina Lliso, pequeña y con sus inseparables guantes negros, tiene una voz que se siente mejor en intimidad, quizá por eso el directo es un océano donde navega lejana montada en un barco de grandes músicos que aprovechan bien los vientos.
Viajeros de 1982
La numerosa banda, llena de guitarras duras y refinadas, funcionó como una pared constante de sonido que llegó a la sala de manera ambigua; mucha fuerza que venía de lejos. Para la despedida de su primer concierto de presentación en Madrid, Esclarecidos no quiso marchar sin dejar el buen sabor de temas como Tucán y Arponera, esta última k más dulce de una velada que casi no se dio un respiro de silencios
Babelia
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