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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Mecanización en el metro

Desde hace más de 10 años, si no antes, la dirección de Metro de Madrid ha incrementado la mecanización de los vestíbulos. Es decir: ha intentado sustituir la labor de venta de billetes manual por la venta automática, reduciendo el número de empleados que se dedicaban a esta labor. No hace falta irse muy atrás en el tiempo para recordar cuántas taquillas había en la estación de Sol, por ejemplo, y ahora sólo hay una por vestíbulo.El sistema de entrada ha cambiado con la introducción de billetes que permiten más de una utilización y de tarifas bonificadas, pero esto no significa que el nuevo sistema permita prescindir del empleado de primera línea que atiende directamente al usuario, pues ha multiplicado los problemas con los controles de entrada y ha incrementado la necesidad de atención individualizada, por no ser todos los casos iguales.

No es nuestro deseo oponernos a la introducción de tecnología en las labores de venta de billetes, pero nos preguntamos qué objetivos han sido los que han llevado al intento obstinado y repetidamente fracasado de sustituir a los empleados de primera línea por máquinas y abandonar al viajero a su suerte frente a unas máquinas de las. que se ignora todo. Nos preguntamos también cuántos cientos, si no miles, de millones de pesetas se han invertido en las sucesivas mecanizaciones, ya que nos parece que podían haberse empleado mejor en crear puestos de trabajo para mejorar la seguridad. El debate de fondo se plantea en el reparto de los beneficios que produce la mecanización de las labores rutinarias. Es un paso adelante siempre que suponga un beneficio para los implicados, en este caso usuarios de primera línea.

Pero cuando el posible beneficio que puede generar la mecanización se dirige única y exclusivamente a engrosar los beneficios de la empresa (o disimular una mala gestión de fondos), dejando indefenso al viajero en transacciones dudosas y no colaborando en la labor del empleado de primera línea, la mecanización debe ser, cuando menos, reconsiderada. La sustitución del empleado se ha demostrado imposible, y en algunos casos la empresa se ha visto obligada a reabrir vestíbulos que consideraba mecanizados para siempre. La conducción automática sin conductor de trenes se ha probado peligrosa e insegura.

El enorme incremento del vandalismo en instalaciones y de la inseguridad de viajeros y empleados tiene sus raíces en el abandono de trenes, vestíbulos y andenes y en una mecanización que no está muy claro a quién beneficia. Las asociaciones vecinales, de consumidores y los propios viajeros deberían reclamar un incremento de la seguridad y de la atención al usuario, solicitando el aumento de la atención personalizada y oponiéndose al cierre indiscriminado de puestos de venta.-

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