El jefe de la Eurocamara, a favor del mandato de cinco años

El nuevo presidente del Parlamento Europeo, José María Gil-Robles, defendió ayer la idea de que la presidencia de esta institución se prolongue durante toda la legislatura de cinco años para acabar con la polémica sobre los acuerdos entre socialistas y populares. Históricamente, estos dos grandes grupos se alternan en la presidencia aprovechando que a media legislatura se elige nuevo presidente, lo que provoca siempre la enérgica protesta del resto de grupos, que consideran que el voto es pura mecánica y socava los principios de la democracia.Gil-Robles admitió ayer en una conferencia de prensa que un mandato de cinco años podría ser una de las mejores soluciones para acabar con la discusión. Con todo, defendió el derecho al acuerdo entre los grandes porque "un tercio de la cámara no puede imponer su voluntad a los otros dos tercios". "Laboristas y conservadores siempre se ponen de acuerdo para nombrar al speaker en la Cámara de los Comunes. No recuerdo en 50 años un speaker del Partido Unionista y a nadie le parece que no sea democrático", añadió.

El nuevo presidente se ha fijado el objetivo de presentar en tres meses una propuesta de Estatuto del Diputado que acabe con el actual sistema de pago de gastos de los miembros de la cámara, muy criticado porque permite el cobro de dispendios ficticios. Defendió aumentar los poderes del Parlamento, aumentar la vivacidad de los debates en el pleno y en las comisiones, estrechar sus relaciones con las cámaras nacionales y acercarlo al ciudadano.

José María Gil-Robles afirmó que el éxito de España a la hora de copar puestos de importancia en instituciones internacionales se debe a que sus políticos trabajan con un sentido "de unidad nacional que va más allá de los partidos".

Los enviados especiales destacados por la prensa italiana a Estrasburgo destacaban ayer con fuerza y amargura el adelantamiento político español frente al ocaso de Italia, y su liderazgo en numerosos organismos, desde la OTAN a la Unesco, el Tribunal de Luxemburgo y ahora el Parlamento Europeo. "Otro pedazo de la UE para España", destaca La Stampa, que escribe que "en los dos últimos años España ha sustituido a Italia como eje político europeo del Mediterráneo".

"Cuando Madrid gana a Roma por nueve a uno", titula Il Sole-24 Ore, que explica el declive político italiano frente a España en "muchos motivos nada nuevos: improvisación, diletantismo, provincianismo, indiferencia, juego a la defensiva". Para el rotativo La Repubblica, "España ha colocado otra banderilla en el mapa del poder europeo".