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Inquietud en Bulgaria

En tiempos del imperio soviético, Bulgaria fue tratada como una república de la URSS mucho más que el resto de los Estados satélites europeos. El veterano comunista Shikov, jefe del partido y del Estado, parecía incluso haber llegado a gustar del dictado del Kremlin con el paso de los años. (... ) Tras la desintegración del imperio, y después de un fallido entreacto antisocialista, el país balcánico ( ... ) se hundió en un estado de agonía poscomunista; su futuro presidente, Stoianov, quiere sacarlo de él para conducirlo a una "civilización de tipo europeo". Esta angustiosa confesión de incapacidad se dirige sobre todo contra los socialistas en el Gobierno, a quienes Stoianov quiere ver fuera del poder mediante la pronta convocatoria de elecciones parlamentarias anticipadas. Eso es más fácil decirlo que hacerlo, pues, a diferencia de lo ocurrido en Serbia, los antiguos comunistas búlgaros no son culpables de fraude electoral. El que los manifestantes de Sofía se inspiren en los de Belgrado tiene, sí, razones políticas, pero es atribuible más bien a la pura desesperación. A pesar de que las condiciones imperantes en Bulgaria también se encuentran en otros países del antiguo bloque del Este, la vida es aquí especialmente difícil. A ello han contribuido tanto la mala gestión socialista de la economía como las consecuencias de la política de sanciones contra Serbia, así como el escaso interés que Bulgaria ha despertado hasta ahora en Occidente. 13 de enero

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