Agricultura prepara un plan de política agraria a los ocho meses del cambio

Ocho meses después de que se produjera el relevo en Agricultura, la titular del departamento, Loyola de Palacio, se ha encerrado este fin de semana con todo su equipo para realizar un análisis del sector y replantear un programa para los próximos años. Esta decisión se produce cuando, tanto desde organizaciones agrarias, como UPA, COAG y Asaja, así como desde la propia Administración, se han lanzado duras críticas contra el actual equipo, al que se acusa de ineficaz y de estar bloqueado y sin ideas.

Al margen de algunas acciones de choque o propagandísticas en Bruselas que dieron una cierta popularidad a Loyola de Palacio, la realidad es que la actividad en política agraria durante los últimos ocho meses se ha caracterizado por un aterrizaje lento y la inexistencia de una política agraria.Loyola de Palacio, como hiciera en su día Carlos Romero, ha formado un equipo de fieles incondicionales o de técnicos, pero no relacionados antes entre sí. Un dato positivo es que Loyola de Palacio no aceptó imposiciones de grupos de presión económicos. Pero el resultado ha sido un equipo que ha dado muy poco juego, en unos casos por su escaso peso y en otros por el control de decisiones que acapara De Palacio.

Medios del sector claman por cambios rápidos en este equipo y no se descarta que se pudieran producir en los próximos meses. El único cambio para reforzar el peso del ministerio en Bruselas ha sido el nombramiento de José Manuel Rodríguez Molina, nombramiento mal visto en medios agrarios y de la propia Comisión Europea, ya que es un hombre que ha defendido en Bruselas los intereses de lobbies agroalimentarios.

Declaración de vaguedades

Durante los últimos meses, Loyola de Palacio y su escaso equipo se han dedicado especialmente a apagar fuegos, no superando la dinámica de los problemas del día a día, sin ninguna perspectiva de futuro. Su programa agrario presentado en el Parlamento el mes de mayo no pasó de ser una gran declaración de vaguedades.En política nacional, Agricultura no ha tomado ninguna iniciativa nueva en política agraria o desarrollado programas del equipo anterior. El sector necesita urgentemente acciones encaminadas a ordenar y adecuar la producción ante los grandes cambios que se avecinan en materia de liberalización de mercados bajada de precios. Igualmente, se ha manifestado impotente y sin salidas ante problemas coyunturales graves, como las vacas locas o la patata.

En la política comunitaria, al margen de las posiciones de dureza o firmeza ante el comisario, el sector coincide en señalar que, en realidad, España ha perdido eficacia ante las instituciones comunitarias. Se ha aprobado una reforma con mejoras discretas para el vacuno de carne. En frutas y hortalizas, la nueva OCM se quedó muy lejos de las pretensiones del sector español. La producción reclama salidas a los problemas de la leche por la falta de cuota y, sobre todo, se acusa a la Administración de no haber evitado una penalización a los productores de herbáceos de más de 20.000 millones de pesetas.