Ley o selva
EL CONSEJERO vasco Atutxa ha reiterado su idea de que tal vez haya que reformar la ley para que no queden impunes ciertas actuaciones del entorno de ETA; se refería en particular a la amenaza apenas velada que lanzó un portavoz de HB pocas horas antes de que ETA asesinase en Madrid a un militar. La mayoría de los partidos opinaron ayer que la ley, y concretamente el nuevo Código Penal, ofrece base suficiente para condenar a quienes realizan las actividades -apología del terrorismo, amenazas, incitación a la violencia- a que se refiere el consejero. Esto último es cierto, pero no le falta razón a Atutxa al plantear que o bien la ley es insuficiente o bien ya deberían haberse producido condenas.Porque lo cierto es que las iniciativas judiciales anunciadas cada vez que ETA comete un atentado y sus rapsodas lo justifican tienden a perderse por los vericuetos del procedimiento hasta disolverse, años después, en nada. Ello refuerza la impresión de impunidad que rodea al mundo de KAS y HB. Cualquier estrategia antiterrorista será inútil mientras esa dinámica de amedrentamiento más impunidad domine la escena pública vasca. No hace tanto tiempo, una sentencia de la Audiencia de San Sebastián absolvía a una militante de HB acusada de haber calumniado al gobernador con el argumento de que acusaciones similares son frecuentes en la prensa vasca, lo que se acreditaba reproduciendo varios titulares del diario Egin.
Ayer mismo se supo que un juez del Tribunal Supremo ha citado a todos los miembros de la dirección de HB como imputados por un supuesto delito de colaboración con banda armada. La citación es consecuencia de la causa abierta hace once meses con ocasión de la difusión por ese partido de un vídeo de ETA. A ese motivo se añadieron más tarde la publicación de sendos comunicados justificando los asesinatos de Fernando Múgica y Francisco Tomás y Valiente, y, de una circular orientando la actuación de. los miembros de HB en favor de la estrategia de ETA sobre la negociación. La resolución judicial advierte que los citados serán detenidos si no comparecen -como acostumbran y han anunciado-. Hay que prepararse, pues, para una estrategia de provocaciones que, sobre todo, pondrá a prueba la coherencia de los partidos vascos: hasta qué punto están dispuestos a respaldar la aplicación de la ley al margen de criterios de oportunidad política.De momento, el coordinador de Izquierda Unida en Euskadi, que acababa de manifestar que lo que, hay que hacer es "poner en marcha los resortes legales disponibles", criticó ayer la decisión del Supremo argumentando que "refuerza el victimismo" de los radicales, que necesitan "mártires". Cada vez que se intenta aplicar la ley surgen voces que, estando de acuerdo en general con la necesidad de evitar la impunidad, añaden su desacuerdo en concreto con que se aplique ahora. Por eso es falso el argumento de que ya se ha intentado todo, sin resultados. Lo que falta por intentarse es una política consistente en respaldar la estricta aplicación de la ley -como a cualquier otro partido- a quienes acostumbran a insultar, agredir, amenazar o convocar manifestaciones en las que se sabe que se va a gritar "ETA, mátalos".
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