Juan Pablo II condena los secuestros de Cosme Delclaux y Ortega Lara
Juan Pablo II expresó ayer su "dolor" por los secuestros de Cosme Delclaux y José Antonio Ortega Lara, aunque no mencionó sus nombres, en un discurso que destacó los males fundamentales de la sociedad española: el paro, el desencanto político por la corrupción y el terrorismo. El Papa expresó, además, su esperanza de que la Iglesia y el Estado español lleguen al entendimiento en materia de enseñanza.
"Algunos problemas del momento presente deben ser afrontados con decisión para evitar que se conviertan en crónicos y deterioren la pacífica convivencia y el progreso integral de los españoles", dijo ayer el Papa, que citó entre esos problemas, que "son motivo de preocupación, el alto nivel de desempleo; el desencanto por la gestión de la causa pública, motivado a veces por los casos de corrupción; la triste realidad de un terrorismo casi endémico, que ofende tanto a quien los sufre como a quien lo practica". "A este propósito", añadió, "no puedo ocultar mi dolor por los secuestros de personas que duran ya muchos meses y que han llenado de tristeza las recientes fiestas navideñas en sus respectivos hogares, provocando el rechazo solidario de tantos españoles", dijo el Papa.Juan Pablo II habló así durante el acto de presentación de cartas credenciales del nuevo embajador español ante la Santa Sede, Carlos Abella y Ramallo. El Papa aseguró que el Gobierno español -"que está interesado en la solución de todos estos problemas"- tendría el apoyo de "los pastores y fieles de la Iglesia en España". Hizo también una defensa de la vida y del derecho de la familia a poder elegir el modelo educativo de sus hijos.
"Ninguna sociedad humana", dijo, "puede correr el riesgo del permisivismo en cuestiones relacionadas con el matrimonio y la familia. Ese permisivismo moral llega a perjudicar' las auténticas exigencias de paz y de comunión entre los hombres".
Respecto a las relaciones entre España y la Santa Sede el Papa señaló que los acuerdos firmados entre la Iglesia y el Estado español "siguen siendo un válido instrumento para trabajar al servicio de todos los ciudadanos". "La Iglesia Católica", añadió, "considera que es inalienable el derecho de la familia a poder elegir sin obstáculos ni cortapisas legales el modelo educativo para sus hijos. Ese derecho, reconocido en tratados internacionales, exige que el sistema educativo sea absolutamente respetuoso con las convicciones de cada cual".
. El embajador Abella pidió al Papa "una oración piadosa por las familias de los secuestrados, el funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara [el día 17 cumplirá un año en manos de la banda] y el abogado Cosme Delclaux, y la pronta liberación de sus seres queridos".
Abella recordó la colonización española, con mención del cuadro Música y evangelización en América, "hoy en los Museos Vaticanos", dijo, pintado por su esposa e inspirado en palabras del Papa; repasó los santos españoles, desde san Ignacio hasta "el fundador del Opus Dei, monseñor Escrivá de Balaguer" y san Juan Grande, e hizo votos por el avance en las relaciones entre el Estado y la Iglesia.
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