Soldados franceses matan a 10 rebeldes en una represalia en la República Centroafricana
Francia ha reaccionado con gran rapidez. Horas después de que un grupo de militares amotinados de la República Centroafricana matara el sábado a tiros a dos paracaidistas, las tropas francesas, dirigidas desde París, lanzaron ayer un contraataque contra los barrios de La Kuanga, Petevo y contra el cuartel Kasai, en Bangui, donde se hallan parapetados los rebeldes. menos 10 soldados centrafricanos perdieron la vida y 30 fueron detenidos. Se desconoce si entre los capturados está el capitán Anicet Saulet, jefe del motín.
Según los testigos, varios helicópteros artillados Puma que participaban en la operación de castigo, abrieron fuego contra varios edificios controlados por los amotinados. Un número no determinado de soldados, carros de combate y vehículos blindados tomaron posiciones en las principales calles de Bangui, la capital, que se hallaban casi desiertas.Un portavoz militar francés, destacado en la República Centroafricana, aseguró ayer a Radio Francia Internacional que la operación era "en defensa propia" y "limitada al puesto de mando de los rebeldes". Éstos habían aprovechado los tres motines ocurridos en 1996 para hacerse con el control de los barrios habitados por la etnia yakoma. Anoche se ignoraba cuáles de estos barrios habían sido recuperados por los paracaidistas.
El Ministerio francés de Defensa informó ayer desde París que los dos soldados muertos el sábado habían sido ametrallados por la espalda en una emboscada cuando mediaban en el motín y acompañaban a un grupo de observadores de Chad y Burkina Faso, países que componen el grupo de mediación surgido de la última cumbre de la África francófona celebrada en diciembre en Uagadugu, capital del Alto Volta.
El Gobierno francés niega haber cambiado su política hacia este país africano, que dice basarse en el respeto de tres puntos: "Protección del proceso democrático iniciado en 19,93; contribución a la estabilidad política [interna] y defensa de los centenares de ciudadanos franceses y extranjeros instalados en Bangui".
El coronel francés Henry Pélissier, al mando del contingente, asegura que ahora "la situación está de nuevo bajo control". No obstante, la compañía aérea francesa Air France suspendió ayer sus vuelos a la capital centroafricana hasta nuevo aviso. Al margen de las 10 víctimas admitidas, hay un número desconocido de heridos, entre ellos, según admitió Pélissier, "algunos civiles alcanzados por balas perdidas".
Francia tiene una presencia militar permanente en su ex colonia de la República Centroafricana. En mayo, y para hacer frente al penúltimo motín, duplicó el número de soldados con la excusa de defender a sus nacionales. Ahora, el Gobierno francés, con motivo de los últimos incidentes, ha anunciado que reforzará a los 2.000 actuales con tropas procedentes de otro país africano. No se ha indicado cuál ni su número.
Ange-Félix Patassé, presidente de este pequeño país, uno de los más pobres de África, pero rico en diamantes, fue elegido en 1993 en las primeras elecciones multipartidistas de la historia nacional.
Promesa de amnistía
En su mensaje de Año Nuevo, Patassé ofreció la amnistía para los amotinados; el perdón para su antecesor en el cargo, el ex dictador general André Kolingba, y las reformas políticas demandadas por los rebeldes. Pese a ello, éstos rechazaron toda posibilidad de acuerdo.
La actitud de París, en apoyo a Patassé, no cuenta con simpatías entre todos los partidos políticos franceses, que consideran que Francia está repitiendo allí los mismos errores que cometió en Ruanda y Zaire. El actual primer ministro, Jean Paul Ngoupaude, que emerge como figura de consenso, dijo ayer que "sólo hay una solución pacífica, si es que queremos evitar una guerra civil".
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