Una nevada de 6.480 millones cubre Soria

José Ramón Vadillo, Moncho, el propietario de la cafetería Lord, que ha repartido más de 400 millones de pesetas de los 6.480 de El Gordo que han caído en Soria, no cabía en sí de gozo. "Esto parece un sueño. Llevamos abonados al 13.387 desde 1969. Mira por donde, la suerte nos ha llegado al fin", no cesaba de repetir. No muy lejos, en el Espolón 10, un centro comercial, diversos establecimientos jugaban muchos décimos de El Niño que habían cambiado por terminaciones premiadas en Navidad."¡Qué suerte, qué suerte! ¡Dios mío! ¡Una nevada de millones! ¿Pero es verdad? ¡Qué suerte!", exclamaba hasta la saciedad una mujer afortunada.José María Zapata fue el primero en aparecer por la Administración número 2, en la calle Collado, la arteria central, y regentada por María Celia Domínguez. Llevaba dos décimos encima: 48 millones. Pero no lo sabía. Ignoraba cuánto correspondía por cada uno y no hacía más que porfiar: "Que no, hombre; que no. No pueden ser 14". Y preguntaba,

-condesazón, a unos y otros. El número tiene 50 abonados que siempre le han considerado guapo y aún más desde que hace diez años tocó otro gran premio en la ciudad con la misma terminación.

En San Pedro Manrique, un pueblo a 40 kilómetros de distancia al que han ido a parar 800 millones, Jesús Munilla y muchos clientes del bar Artillero estaban exultantes. "Nos lo merecemos", se felicitaban unos a otros entre copa y copa de cava. En cambio, en un rincón, un joven resumía con paradójica frialdad: "La vida me sonríe. Me han tocado 72 millones. Y eso que el 97 me parecía un año antipático y tontorrón".

También a una Administración número 2, pero esta vez a la de Premià de Mar (Barcelona), llegó ayer la grúa municipal, informa Diego Belmonte. Su conductor, Jesús Tejedor Herrero, se bajó de ella y, en medio de los centenares de personas que se agolpaban en la Gran Vía, aseguró tener un décimo del 13.387 (24 millones). Ante la expectación suscitada, explicó que lo había comprado su mujer y se escabulló. "Me voy porque yo sigo currando", dijo. De hecho, tenía mucho trabajo: debía retirar los vehículos que pudieran estorbar a la cabalgata de los Reyes Magos.

Otro de los afortunados, Joan Montero Puig, anunció que se va a, ir a la Patagonia con los 12 millones que le han correspondido gracias al que comparte con una frutera vecina de su pastelería. "He trotado mucho. Pero me falta ese viaje", advertía.

La felicidad de estos afortunados era sólo una muestra de la que se desparramó, en forma de 1.200 millones 1 en total, desde las manos de Rosa María Albert y María Font, las dueñas de la oficina de lotería y que pocos días antes ha bían sido obsequiadas "con una herradura de la suerte".

Una riada causó en septiembre daños en la localidad por valor de 200 millones. La fortuna los ha compensado sobradamente. Según aquéllas, incluso debe de haber alcanzado a varios de los muchos inmigrantes africanos en la zona y que juegan. poco menos que a escondidas porque su religión, la musulmana, se lo prohíbe.

Córdoba necesitaba una alegría. Tras un 1996 marcado por dos atentados de ETA y el asesinato de dos policías municipales por un atracador, el nuevo año no ha, podido comenzar mejor: 240 millones de El Gordo. Un vendedor ambulante, Luis Arrebola, los repartió por el barrio de Ciudad Jardín "entre gente humilde", informa José Luis Rodríguez.

Matilde Anguís, la dueña de la Administración número 101 de la que salieron, recordaba con legítima satisfacción que el 6 de mayo de 1989 distribuyó 1.100 millones con el 6.613: "Vendo muchos treces a pesar de la superstición popular".

Otra Administración número 2, la de Logroño, dio en 1996 el número anterior al primer premio. Ayer, la 7 acertó de pleno, informa Ignacio Martínez. Su titular, María del Cortijo Sáez, nombraba talismán a su hijo: "Cada vez que sale de juerga por la noche en víspera de sorteos, toca".

Las administraciones números 2, cómo no, de Almería y Puerto de la Cruz (Tenerife), informan Tereixa Constenla y César Fernández-Trujillo, repartieron igualmente otros 240 millones.