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Los precios de la luz y el gas descenderán en 1997 y se congelará la tarifa telefónica urbana

Frente a años anteriores, los precios sometidos a autorización por el Gobierno, descenderán durante 1997 o se congelarán en la mayoría de los casos. En concreto, la luz y el gas bajarán sus precios, mientras que la tarifa telefónica urbana no subirá. Los consumidores tendrán así un cierto alivio en sus cargas por utilización de los servicios públicos más extendidos. El Ministerio de Economía y Hacienda, en su último informe de coyuntura considera, sin embargo, que las familias mantienen una actitud "muy cautelosa" a la hora de gastar. Además, 1997 se iniciará con una subida de tasas del 8%, la entrada en vigor de un nuevo impuesto del 4% sobre los seguros de riesgo y una actualización del 2,6% de la tabla de retenciones del IRPF.

El año que acaba de terminar registrará, con toda probabilidad, un mínimo histórico en inflación que quedará, además, por debajo del objetivo oficial (3,5%). El Gobierno ha situado su previsión para 1997 en un 2,6%, y para ello ha dado un giro radical en la política de fijación de precios oficiales. La mayoría de ellos no subirá igual que la inflación prevista, como por lo general sucedía hasta ahora, sino que en muchos casos los precios bajarán y en otros se congelarán.La tarifa eléctrica, aprobada en el último Consejo de Ministros del año, baja a partir de mañana en un 3% como media, aunque la reducción podría haber llegado al 5% si la negociación del Protocolo Eléctrico con las compañías no se hubiera saldado con una compensación menor para ellas. El recibo de la luz para uso doméstico desciende un 1%, mientras que la tarifa utilizada por las pequeñas y medianas empresas baja un 6%.

El precio del gas canalizado, tanto para uso doméstico como industrial subió de media un 1,5% en septiembre pasado, aunque está prevista una rebaja del 0,5% a partir del 1 de julio de 1997. El teléfono tendrá sus tarifas urbanas e interurbanas congeladas durante todo el año 1997, si bien las, internacionales bajarán entre el 8% y el 13% según zonas geográficas. Éstas dos últimas son las propuestas de Telefónica que están pendientes de aprobación por el Gobierno.

Aunque éstos son los servicios de uso más extendido, hay otras tarifas de aplicación también prácticamente general, como el agua o el transporte urbano de viajeros, cuya competencia a la hora de fijar los precios es de las autonomías. La variación de la subida para el precio del agua puede oscilar entre el 2,6% y el 4%.

Trenes y aviones

Hay otros precios que dependen directamente de las empresas públicas. Por ejemplo, Renfe, que ha decidido incrementar el próximo 2 de enero en un 2% los precios de los billetes de cercanías y trenes regionales. Los del AVE y largo recorrido se determinarán a mediados de año. Iberia, por su parte, tiene pendiente de concretar el impacto en sus tarifas de la nueva tasa de 150 pesetas que se deberá incluir en el precio del billete en concepto de seguridad aeroportuaria.Tabacalera, por su parte, ya subió en la segunda mitad de 1996 los precios del tabaco como consecuencia del aumento en los impuestos especiales. Este aumento de la fiscalidad no afectó a las gasolinas, cuyos precios máximos se revisan cada semana en función, sobre todo, de la situación en los mercados internacionales. Para 1997 está prevista, sin embargo, una subida de cinco pesetas por litro en el impuesto que grava las gasolinas sin plomo de 97 octanos o más, cuyo consumo es mínimo. El impuesto especial sobre la cerveza sube a partir de enero en un 2,6%.

En el terreno de la fiscalidad, las medidas aprobadas por el Gobierno no van más allá de absorber el impacto de la inflación prevista (2,6%), aunque en algunos casos suben muy por encima (las tasas aumentan un 8%, igual que las tarifas postales), y en otros suponen afrontar un impuesto nuevo (del 4% para los seguros de riesgo, entre ellos el del automóvil). Las pequeñas empresas salen beneficiadas mientras que a las grandes se les pide un mayor esfuerzo a cambio de poder actualizar sus balances.

Ya en la primera nómina de enero, los contribuyentes del impuesto sobre la renta por rendimientos del trabajo tendrán una tabla de retenciones adecuada a la inflación prevista (2,6%). Esta medida evita que subidas salariales del 2,6% como máximo impliquen un salto de escalón y, por tanto, un tipo de retención mayor cuando el valor real del dinero es el mismo. El ahorro para el contribuyente en el pago a cuenta del impuesto es de unos 60.000 millones de pesetas a lo largo de 1997, según cálculos oficiales.El impuesto, que se liquidará en junio de 1988, tendrá cuatro tarifas en lugar de dos como hasta ahora: la individual y la conjunta y, para cada una de ellas, la estatal y la autonómica. La complejidad a la hora de rellenar la declaración será por este motivo mayor, pese a que las tarifas se han reducido a diez tramos cada una. También en ellas se ha absorbido la inflación prevista (2,6%) para evitar saltos de escalón monetarios.

Impuestos

Para las grandes empresas que facturan más de 1.000 millones de pesetas, por el contrario, los pagos a cuenta del impuesto de sociedades pasan del 20% al 25%. Todas las empresas, aunque con especial interés para las grandes, podrán sin embargo actualizar sus balances y, por tanto, revalorizar sus activos -inmuebles, maquinaria-, dedicar una mayor parte de su beneficio a amortizaciones y pagar, así, menos impuestos.La ventaja de esta medida no se notará hasta la declaración a presentar a mediados de 1998 y tendrá un coste en 1997. El Gobierno ha impuesto un gravamen del 3% sobre los activos revalorizados a pagar a mediados del año que ahora comienza.Las pequeñas empresas tendrán por su parte un considerable alivio en su carga fiscal. Para las que facturen menos de 250 millones de pesetas, el tipo del impuesto de sociedades se reduce desde el 35% general hasta el 30% para los primeros 15 millones de pesetas de beneficio. Las que tributan en el impuesto sobre la renta podrán descontar de su beneficio un 15%. En ambos casos, los efectos beneficiosos sólo se notarán en las declaraciones que estas empresas presenten a mediados de 1998, ya que los pagos a cuenta a efectuar durante 1997 no se modifican.

Además de los precios autorizados y los impuestos, el Gobierno decide directamente sobre los sueldos de los funcionarios -que se congelan en 1997- y sobre las pensiones -que suben un 2,6%-.Las bases de cotización a la Seguridad Social de todos los trabajadores se incrementan, a su vez, en un 2,6%.

El impacto directo de todas estas medidas, junto al descenso de los tipos de interés (hasta el 6,25% ha bajado el precio oficial del dinero) y el clima de confianza que el Gobierno dice generar en la economía, no acaban de animar el consumo familiar. El informe de coyuntura del Ministerio de Economía correspondiente a diciembre señala que la actitud es "todavía muy cautelosa", lo que introduce "alguna incertidumbre sobre el ritmo de recuperación del agregado [el consumo] en los próximos meses".

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