La popularidad de Internet en EE UUprovoca adicción y atascos telefónicos
Once millones de hogares tienen acceso al 'World Wide Web'
¿Está siendo bloqueado el sistema telefónico de Estados Unidos por una masa de adictos a Internet cuyo comportamiento se asemeja al de drogadictos, alcohólicos y ludópatas? Ésta podría ser la conclusión de un doble fenómeno que está definiendo parte del debate sobre Internet en ese país. Por una parte, el acceso al World Wide Web se ha doblado allí durante 1996, llegando al 11% de los hogares (11 millones). Por otra, psicólogos y grupos de asistencia on-line comienzan a definir la adicción a Internet y al uso abusivo del correo electrónico.
El correo electrónico o e-mail, es un fenómeno de tal calibre en EE UU que varias universidades han determinado que sus estudiantes lo utilizan mucho más que otros programas bibliotecarios o de investigación, a veces para comunicarse dentro del mismo pasillo de una facultad. En bancos y otros centros con alto grado de informatización, los empleados dedican horas a crear y transmitir electrónicamente cartas-cadena, con chistes obscenos e historias inventadas sobre virus de ordenador que se extienden como una plaga por todo el mundo.Todo esto, unido al e-mail publicitario (el odiado correo-basura, anuncios eróticos y métodos para hacerse rico en cuatro días), hace que el repaso del correo electrónico, práctica diaria para millones de personas, sea uno de los brazos de la adicción.
'Webaholies Anonymous'
En 1995, la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard empezó a comparar la adicción a Internet con el uso moderado de alcohol, pero reconociendo que el umbral de tolerancia (la cantidad de tiempo que uno puede pasar conectado sin inmutarse) es una referencia que se pierde con extremada facilidad.Páginas como Netaholics Anonymous, Interneters Anonymous y Webaholics tienen ya una cierta veteranía en la red. El verano pasado, la Universidad de Pittsburgh inauguró un "centro de la adicción on-line" y realizó una encuesta con preguntas como "¿Necesita estar conectado a Internet cada vez más tiempo para quedar satisfecho?", "¿experimenta depresión, cambios de humor o irritabilidad cuando no está conectado?", o "¿ha perdido interés en actividades sociales, profesionales o recreativas debido a Internet?", y otras cuestiones planteadas habitualmente en medicina para determinar la adicción a sustancias tóxicas.
La psicóloga Kimberly Young, que diseñó la encuesta y es una de las principales especialistas en este nuevo fenómeno, observó que de los 496 usuarios consultados, 396 eran claramente adictos. Young cree que entre 400.000 y un millón de los 20 millones de estadounidenses que se conectan a Internet padecen ese síndrome.
Y las cosas van a seguir en esa dirección. El 1 de diciembre, America Online empezó a cobrar una tarifa fija de 19,95 dólares mensuales (unas 2.600 pesetas), con tiempo ilimitado. Esta decisión resonó por todos los medios del país y supuso en el acto un aumento en el uso de ese servicio: un nuevo récord de 3,1 millones de horas on-line diarias. Y esto es sólo America Online. Los proveedores de acceso directo al Web, como MCI Internet, suelen dar señal de ocupado en uno de cada dos intentos.
Las compañías telefónicas locales de EE UU llevan tiempo advirtiendo de una saturación del servicio debido al creciente uso de Internet. En San Francisco, la comunidad más conectada del país, una llamada telefónica dura como media tres o cuatro minutos, pero una conexión normal a la red es de una hora. Esto provoca cada vez mayores dificultades para conectar con los números de proveedores de acceso a Internet y, lo que es más grave, revierte el problema a toda la infraestructura telefónica, cuya capacidad está al límite por el atasco de voz y bits tratando de pasar al mismo tiempo.
El material que hay en el Web es cada vez más multimedia: gráficos, animación, sonido, tecnología Java, etcétera, están sustituyendo a lo que hace pocos años eran simplemente textos. La capacidad de bits que requiere esta oferta, sobreinflada y a menudo inútil, es desbordante. El caso es especialmente grave para el mayor servicio privado del país, America Online. Con siete millones de suscriptores, que se conectan una media de 30 minutos diarios, el sistema se cuelga varias veces al día.
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