La protesta de estudiantes en Madrid acaba a golpes y pedradas entre grupos enfrentados

Miles de estudiantes volvieron a salir a la calle ayer en toda España para protestar contra la política educativa del Gobierno y en defensa de la enseñanza pública, en una jornada reivindicativa que en Madrid que dó enturbiada por violentos incidentes. La concentración frente al Ministerio de Educación y Cultura (MEC), salpicada por el lanzamiento de huevos y piedras contra los dirigentes del Sindicato de Estudiantes y el resto de los oradores, acabó con una pelea entre grupos enfrentados en la que no faltaron puñetazos, botellazos y pedradas. Las disputas motivadas por las divergencias internas dieron paso a enfrentamientos callejeros con la policía, que detuvo y condujo a comisaría a cuatro jóvenes.

La tercera protesta de secundaria en este curso fue apoyada por cientos de universitarios en las principales ciudades españolas. El Sindicato de Estudiantes cifró el seguimiento de la huelga en un 90% y la participación en las manifestaciones en más de 100.000 personas. El ministerio que encabeza Esperanza Aguirre volvió a calificar de "fracaso" la protesta, y estimó en un 34% el seguimiento de la huelga en secundaria y entre el 5% y el 15% en la Universidad.La manifestación de Madrid, la más numerosa, partió a mediodía de la plaza de Colón y se dirigió pacíficamente hacia el ministerio, en la calle de Alcalá. Una pancarta con el lema "En defensa de la enseñanza pública" encabezaba la marcha, en la que participaron miles de estudiantes (3.000 según el MEC, 40.000 según los organizadores).

Con un cielo encapotado y una lluvia incipiente, el ambiente se caldeó cuando los oradores tomaron la palabra desde la tribuna, instalada junto a la puerta del ministerio. A diferencia de la anterior jornada de protesta, el 14 de noviembre, no había ni r astro de fuerzas antidisturbios rodeando el ministerio.

Críticas al sindicato

Los oradores soportaron desde el comienzo una copiosa lluvia de huevos. También se lanzaron piedras y piezas de rodamientos contra las ventanas del ministerio. Las apelaciones a la tranquilidad no sofocaron las protestas de decenas de alumnos de Trabajo Social, Económicas, Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense, que mostraban su disconformidad con el Sindicato de Estudiantes, al que acusan de monopolizar la lucha estudiantil.Estudiantes disidentes intentaron hacerse con el micrófono para exponer sus posiciones críticas con el sindicato, lo que fue impedido a la fuerza por el servicio de orden. Entre gritos cruzados de "manipuladores" y "reventadores", la tensión aumentó y degeneró en forcejeos, en los que se vio involucrada la secretaria general del sindicato, Bárbara Areal. Los forcejeos pasaron a mayores y se convirtieron en peleas a puñetazo limpio y lanzamiento de piedras y botellas.

Partidarios del sindicato respondieron a los ataques de grupos de encapuchados entre los que, según la versión de los sindicalistas, había miembros de la organización anarquista juvenil Lucha Autónoma.

A los pocos minutos, cuando la mayoría de los manifestantes se dispersaba, la policía municipal intentó reanudar la circulación en la Gran Vía. Un coche patrulla y un autobús urbano que abrían camino fueron recibidos a pedrada limpia. A partir de ese momento se multiplicaron las carreras y las cargas policiales por las calles de alrededor. En la calle de la Virgen de los Peligros, varios estudiantes que se habían refugiado en una sucursal de la Caja de San Fernando fueron sacados a golpes por una unidad de agentes antidisturbios.

Los numerosos incidentes de la jornada desvirtuaron las reivindicaciones de los estudiantes: limitación del número de alumnos por aula, más medios económicos, reforma y flexibilización de los planes de estudios universitarios, exigencia de que no se endurezca la selectividad, más especialistas para los institutos, reconocimiento del derecho a la huelga y garantía de que las prácticas universitarias se realicen en condiciones de calidad. El secretario general de Educación, Eugenlo Nasarre, manifestó que el sindicato estudiantil maneja "falsedades" para fundamentar sus reivindicaciones.

En Andalucía, el 45,3% de los estudiantes secundó la huelga, según los datos de la Consejería de Educación, mientras que el Sindicato de Estudiantes asegura que el paro fue masivo, informa Carmen del Pando.

La manifestación de Barcelona se saldó con un fracaso por las diferencias entre el Sindicato de Estudiantes, de carácter estatal, y las otras dos asociaciones de enseñanzas medias existentes en Cataluña, la Asociación de Jóvenes Estudiantes de Cataluña (AJEC) y la Asociación de Estudiantes Progresistas (AEP). Participaron menos de un millar de alumnos (500 según la policía y 5.000 según los convocantes).

La huelga tuvo en Galicia una incidencia del 46%, inferior a las anteriores, según la Consejería de Educación, informa Xosé Hermida. Hubo protestas de universitarios por las cargas policiales del día anterior contra una manifestación que reclamaba más presupuesto y en la que resultaron heridos nueve jóvenes y fue golpeado el parlamentario nacionalista Bieito Lobeira.