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Netanyahu: "Siria prepara un ataque desde 1994"

Benjamín Netanyahu tiene todo el aire y la palabra de un predicador tranquilo. El primer ministro israelí, en visita oficial a Madrid, diríase que visita Europa para contamos todo aquello en lo que estábamos equivocados. El no bloquea el proceso de paz, son los palestinos; él quiere negociar sin condiciones previas Cisjordania, el Golán, la autonomía, la retirada, son ellos los que quieren prejuzgar las negociaciones; en modo alguno piensa en la expansión de las colonias israelíes, son los otros los que le acusan de ello.

"No hay nada más efectivo que una mentira mil veces contada con aires de verdad", resume, en sus propias palabras, el pensamiento del primer ministro. Y parece dispuesto a repetirlo tantas veces como haga falta, siempre con talante de fuerte convicción.

Ardua tarea la de pasarse la vida desmintiendo. No es cierto que piense en una autonomía básicamente personal para los palestinos, puesto que lo que se está negociando es una autonomía territorial, "y ya hemos abandonado el 27% de Cisjordania"; no es verdad tampoco que lo que paraliza un acuerdo para la retirada de Hebrón sea "el derecho israelí de persecución de los terroristas palestinos" en el territorio autonómico, ni que esa facultad, si la acepta el rais Yaser Arafat, limite la futura extensión de la autonomía, puesto que es "un derecho reconocido universalmente a los Estados soberanos". Pero se niega a aclarar en qué va a consistir el autogobierno, cuánto, cómo, de qué extensión. "Eso es lo que hay que negociar, y sólo se sabrá cuando lleguemos a un acuerdo".

"Negociarlo todo"

A sus macizos 50 años y un inglés tan impecable como el de las mejores universidades norteamericanas, Netanyahu vive rodeado de espléndidas certezas. "Son los sirios los que se niegan a reanudar las negociaciones, los que exigen que de antemano aceptemos una retirada total del Golán, que no nos quedemos ni una pulgada de las colinas, mientras que nosotros estamos dispuestos a negociarlo todo".La información israelí sabe, además, "que desde 1994 Dasmasco está preparando un ataque sorpresa. No ignoran que no pueden sostener una guerra convencional, pero sí creen que una infiltración de comandos les permitiría recuperar algún territorio y, bajo presión internacional sobre Israel, negociar a continuación". Contra ello, "nosotros hemos adoptado medidas de seguridad para que sorpresa no la haya, y para que los estadistas occidentales no se plieguen a ejercer esa presión". Los estadistas mencionados fueron el presidente norteamericano Bill Clinton, que ya había demostrado que las presiones no son lo suyo, y el francés Jacques Chirac, más significativo desde que se pelea con la seguridad israelí en las calles de Jerusalén.

Asunto obligado: Europa. El diplomático español Miguel Angel Moratinos ha sido recientemente nombrado enviado especial de la Unión Europea ante el proceso de paz. Enviado, pero no invitado, puesto que ni Israel ni Estados Unidos quieren darle baza a la UE en las negociaciones. Netanyahu se deshace en elogios de Moratinos, y afirma que Europa "será bienvenida" tanto por ellos como por los palestinos, "aunque éstos podrían sorprenderse al ver que los europeos no son tan favorables como creen a sus posiciones".

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En Netanyahu habita algo más que un recuerdo del gran líder revisionista judío, Vladimir Jabotinsky, el enemigo de Ben Gurion, el que con franqueza casi desarmante afirmaba en los años treinta que Palestina no podía ser a la vez de árabes y de judíos. El discurso del actual primer ministro de Israel es inequívoco.

"Al término de la I Guerra mundial se crearon hasta cinco Estados árabes en los restos del imperio otomano y se estableció un solo hogar nacional judío. Esos acuerdos parecieron equitativos en la época. Tras la II Guerra se ha confirmado la independencia de hasta 24 Estados árabes en el mundo y un solo Estado de Israel. ¿Qué quieren, que nos retiremos a una banda litoral de apenas 10 millas de ancho, cuando el mandato británico sobre Palestina ya ha sido dividido, con un 80% del territorio para Jordania y el resto para nosotros?.

"Nadie expulsará a nadie. Los palestinos seguirán donde viven y nosotros continuaremos en Judea y Samaria [nombre bíblico de Cisjordania] territorios que, cuando los colonizamos a principios de siglo, estaban vacíos. Allí no había nacionalidad palestina de ningún tipo". Ni habrá tampoco Estado palestino si depende del líder del Likud.

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