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Miles de judíos lucharon en el Ejército nazi

Miles de soldados y decenas de oficiales de origen judío combatieron en las filas del Ejército nazi, durante la II Guerra Mundial, defendiendo al mismo régimen que ordenó el exterminio de millones de judíos. Los datos que demuestran este desconcertante hecho proceden básicamente de los archivos oficiales alemanes, pero han sido descubiertos y recopilados por un estudiante de historia estadounidense que disfruta de una beca en la Universidad británica de Cambridge. El diario The Daily Telegraph publicó ayer los destalles del hallazgo.De acuerdo con la investigación desarrollada por Bryan Rigg, de 25 años, a lo largo de los últimos cuatro años -supervisada por Jonathan Steinberg, lector de Historia Moderna en Cambridge-, el propio Adolfo Hitler conocía los orígenes hebreos de decenas de oficiales de su Ejército, a los que facilitó documentos que daban fe de la pureza de su "sangre alemana". Algunos de estos oficiales ocuparon puestos prominentes en la jerarquía militar, otros recibieron la Cruz de Hierro, la más importante condecoración alemana. Uno de los oficiales de sangre judía que cita Rigg en su estudio es Erhard Milch, lugarteniente de Hermann Goering, jefe de la Luftwaffe y considerado en los círculos nazis como el más probable sucesor de Hitler. Sus superiores estuvieron de acuerdo en falsificar la identidad judía del padre de Milch y dotarle de un pasado familiar más "limpio".

Después de un exhaustivo recorrido por archivos y bibliotecas, fundamentalmente en Alemania, y de más de 1.200 entrevistas con supervivientes de la II Guerra Mundial o sus familiares, Rigg ha trazado la senda de miles de ciudadanos alemanes de sangre mezclada.

Una ley introducida en 1935 por los nazis prohibía a cualquier individuo con un abuelo judío formar parte de la élite militar. Sin embargo, listados de personal militar de enero de 1944 demuestran que la jerarquía militar sabía que al menos 77 oficiales con sangre judía en las venas ocupaban cargos de responsabilidad en la Wehrmacht. Todos ellos obtuvieron para ello los documentos que avalaban su condición de "alemanes puros".

Abuela hebrea

Rigg, nacido en el seno de una familia protestante de Tejas, comenzó en 1992 su investigación, espoleado por el descubrimiento de que una de sus abuelas era "de origen hebreo". A partir de ahí, y por puro azar, cuando asistía a la proyección de la película Europa, Europa, entabló conocimiento con un anciano alemán que le contó su historia, la de un semijudío que había servido en la Wehrmacht.Uno de los casos más dramáticos es el de un oficial condecorado por el Gobierno alemán que acudió a visitar a su padre, encerrado en un campo de concentración. Sus medallas fueron el único salvoconducto que le permitió abandonar el campo una vez que un oficial de las SS conoció el motivo de su visita. La viuda de otro militar condecorado con la Cruz de Hierro relató al estudiante estadounidense el espantoso impacto que representó para su marido la visión del gueto de Varsovia, que hubo de atravesar a su regreso de la campana militar en Rusia.

Rigg declaró ayer que la única explicación para el aparente sin sentido que representa su hallazgo reside en la casi imposible situación de los individuos con mezcla de sangre en la Alemania nazi. "Muchos no se sentían lo bastante judíos como para arriesgar su seguridad por la causa de su pueblo. Otros tenían miedo de que se descubriera su verdadera identidad".

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