La cumbre de la ASEAN anuncia la admisión de Birmania, Laos y Camboya

Los ministros de Exteriores de los siete países integrantes de la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN) hicieron oídos sordos a las presiones occidentales para forzar la democratización del régimen de Birmania y anunciaron la próxima admisión de este país, junto con Laos y Camboya, en esa organización. Además, los jefes de las diplomacias asiáticas, reunidos ayer en Yakarta, criticaron duramente a Portugal "por introducir asuntos extraños, tales como la cuestión de Timor Oriental", en la cooperación económica y las relaciones entre la ASEAN y la Unión Europea (UE).

El ministro de Exteriores indonesio, Alí Alatas, declaró en la conferencia de prensa que puso fin a la reunión que Lisboa está haciendo de la cuestión de Timor Este "una condición para las cooperación ASEAN-UE". "Hasta ahora", añadió, "[Portugal] no ha logrado alcanzar su propósito, aunque se ha convertido en un tema irritante para las relaciones entre la ASEAN y la UE".Las tropas indonesias invadieron Timor Oriental en diciembre de 1975, inmediatamente después de que los portugueses arriaran la bandera sobre su antigua colonia, y lo convirtieron en su 27 a provincia. Pero las Naciones Unidas nunca aceptaron la soberanía de Indonesia, cuya población es en un 90% musulmana, sobre la ex colonia portuguesa, de religión católica romana.

Alatas añadió que los ministros de Exteriores de los siete países de la ASEAN (Tailandia, Malaisia, Singapur, Indonesia, Brunei, Vietnam y Filipinas) se comprometen a la admisión plena de Birmania, Laos y Camboya -los tres observadores de la organización en la actualidad-. Sin embargo, no se menciona fecha alguna para ello, aunque en la reunión anterior, celebrada el pasado junio, se habló de que sería en 1997.

"Los gobernantes reafirmaron su compromiso fuerte a la realización pronta de una ASEAN integrada por 10 miembros", reza el comunicado final del encuentro. El ministro indonesio indicó que se aprobó por unanimidad el ingreso de Birmania, pese a las críticas de algunos países occidentales y a las protestas de las organizaciones proderechos humanos que acusan de represión al régimen militar de Rangún.