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Crítica:JAZZ
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Acuerdo entre camaradas

Si Charlie Haden hubiera nacido en la Francia de finales del siglo XIV hubiera sido todo un señor del ars subtilior, esa refinada forma de expresión sonora que tras su apariencia de elitismo distante escondía la pasión por el progreso, por la creación pura y comprometida.Así compareció el contrabajista a su cita con el irregular festival de jazz madrileño, como un hombre de otro tiempo que pone al día la vanguardia y la tradición del ayer y del hoy, como un trovador del siglo XXI. En su música serena no hubo rastro de matemática ni de aséptico alejamiento de la realidad.

Cierto que tocó sobre un generoso pedestal y se rodeó de aparatosos biombos de metacrilato para recibir con más claridad el sonido profundamente terrenal de su contrabajo, pero nada más lejos de su ánimo que buscar la fría seguridad de una urna de cristal. Su Quartet West, un verdadero equipo tras diez años de actividad y cinco espléndidos discos, ha demostrado con creces que puede sonar diáfano y apasionado, tanto cuando se deja mecer por la nostalgia como cuando da un paso adelante para defender con convicción su propuesta de futuro. La culpa de que esta vez no alcanzara la esperada sensación de plenitud no fue suya.

Quartet West

Charlie Haden (contrabajo), (saxo tenor), Alan Broadbent (piano) y Larance Marable (batería). Centro Cultural de la Villa. Madrid. 21 de noviembre.

A Ernie Watts, por demás un solista apreciable, le dio por la aspereza y el crujir de dientes, y se pasó la noche rasgándose las vestiduras sin motivo aparente. Bastante menos ardientes estuvieron el sesudo pianista Alan Broadbent, magno y rapsódico tras sus maneras de concertista clásico, y el histórico batería Larance Marable en sus didácticas intervenciones con las baquetas y las escobillas. Haden llamó al acuerdo entre camaradas con líneas de poderoso impulso rítmico, sutil soporte armónico y emotivo aliento melódico. Tres composiciones propias, entre ellas la entrañable First song, cobijaron sus solos nobles y llenos de prodigiosa concreción. Lo mejor de la velada a pesar de que llegaran enturbiados por la vibración de los parches de la batería; lástima que a Marable no se le ocurriera destensarlos en ocasiones tan solemnes y señaladas.

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