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EL 'CASO GAL'

Valdivielso anuncia "el máximo rigor" si el teniente Bárez resulta implicado en torturas a un testigo

El teniente de la Guardia Civil, Lorenzo Bárez, detenido el jueves en Guatemala por su presunta implicación en el secuestro, apaleamiento y violación del testigo protegido 1964 / S en el caso Lasa-Zabala, declarará hoy ante el juez Javier Gómez de Liaño. La declaración estaba prevista para ayer, pero fue aplazada debido a que el oficial estaba cansado tras el largo viaje.El director general de la Guardia Civil, Santiago López Valdivielso, declaró que si el teniente está implicado en la agresión se le aplicará "el máximo rigor que permita la ley". Bárez, jefe de seguridad de la Embajada en Guatemala, estuvo en el cuartel de Intxaurrondo (San Sebastián) mientras el hoy general Enrique Rodríguez Galindo era su responsable.

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El oficial permanecía ayer detenido en dependencias de la Dirección de la Guardia Civil. El arresto de Bárez fue consecuencia exclusivamente de una decisión del juez Gómez de Liaño, según dijo ayer Jaime Mayor Oreja, ministro del Interior, el cual "se ha limitado a aportar todos los medios necesarios para que esta orden se cumpliese". Mayor aseguró que aún no se ha descubierto a los presuntos autores materiales de la paliza.

Según fuentes de la investigación, es probable que la detención de Bárez sea consecuencia de las declaraciones prestadas por el agredido o bien del careo judicial que ambos mantuvieron la semana pasada.Por otra parte, Gómez de Liaño procesó a los cabos primeros Daniel Carvajal Medina y Francisco Javier Rodríguez Muñoz, por obstrucción a la justicia en la modalidad de intimidación o coacción a un testigo. Ambos quedaron en libertad, aunque con la obligación de estar a disposición del juzgado y pedir autorización para salir de España.

El auto de procesamiento destaca que ambos suboficiales vigilaron y grabaron en vídeo a otro testigo protegido del caso Lasa-Zabala, Pedro Luis Miguéliz, Txofo, mientras almorzaba con el ex gobernador civil de Guipúzcoa Juan María Jáuregui en el restaurante El Anzuelo, de San Sebastián, el pasado 24 de agosto.

Los agentes fueron identificados por los escoltas del testigo porque llevaban un maletín del que sobresalía el objetivo de una cámara. Los dos cabos adujeron entonces ser guardias civiles de Madrid en vacaciones, aunque reconocieron que en el maletín llevaban un localizador de frecuencias de radio. Habían reservado la mesa a nombre del presunto miembro de ETA Patxi Segurola, aunque alegaron que 1 o hicieron por seguridad.

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Los dos cabos negaron ayer que hubieran dicho que estaban de vacaciones, aunque mantuvieron que no vigilaban al testigo. Gómez de Liaño señala que "aún hay actuaciones por hacer, fundamentalmente las dirigidas a averiguar, si ello fuere posible, por orden de quién o quiénes actuaron los dos cabos".

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