González teme que las medidas autonómicas de Aznar dañen de forma irreversible la cohesión de España

El ex presidente del Gobierno, Felipe González, ve cada vez más nubes negras sobre el estado de las autonomías si el Gobierno que preside José María Aznar persevera en la senda emprendida. González duda que algunas de las medidas que se están tomando "puedan ser reversibles en cuanto a la cohesión de España". Sin envolverse "en ninguna bandera", advirtió del peligro de dar capacidad normativa a las comunidades autónomas, y dejar sin topes a lo que deben aportar a los ingresos del Estado.Estas reflexiones pesimistas las realizó ante 2.000 personas convocadas por la UGT de Asturias en el Pabellón de Congresos de la Feria de Muestras de Gijón. González relató a los sindicalistas el núcleo de las preocupaciones que expresa cada vez con mayor vehemencia en los últimos días. "Estamos ante un problema que afecta a la estructura del Estado e incluso al Gobierno de la nación", dijo.

Contó al auditorio que en la mañana de ayer llamó por teléfono a la Cadena SER después de escuchar al presidente de la Generalitat, Jordi Flujol, y le pidió que renunciara a dos cosas de las que ya ha negociado con Aznar: que rechace la "autonomía normativa" que le ha ofrecido el Gobierno y que se niegue a quitar los topes en la participación de los ingresos del Estado. Esto último, según las previsiones de González, "va a crear diferencias insoportables de financiación a medio plazo entre unas comunidades autónomas y otras para la prestación de los mismos servicios".

González defendió la oferta al Gobierno de José Bono, presidente de Castilla-La Mancha, en el Senado. "Tiene que haber un pacto que le dé estabibilidad a la financiación de las autonomías". El PSOE y el PP son, afirmó, el núcleo mínimo de este pacto, pero debe incluirse también al nacionalismo moderado.

Otro problema que apuntó Gónzález en sus malos augurios está en la ruptura de la unidad fiscal. "No me digan que exagero, porque si esto no tuviera importancia el Gobierno no estaría pensando en regular por ley dónde cada ciudadano establece su domicilio fiscal". Lo último que podría pasar en España, según González, es que existieran dentro del Estado "paraísos fiscales".

González, en una región alterada por los problemas de la minería y la siderurgia, instó a los sindicatos a que planteen sus problemas en mesas de negociación, y al tiempo pidió al Gobierno "que se siente a negociar". En su catálogo de agravios recordó que hace tres años "Francisco Álvarez Cascos y José María Aznar dijeron que en Asturias no sobraba ningún minero sino que el que sobraba era Felipe González en la Moncloa". Hizo un ruego: "Les pido que vengan a Asturias y lo expliquen, pero no el ministro Josep Piqué, sino ellos, que vengan a explicarlo".