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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

El re-PER

POCAS NOVEDADES, salvo un cambio a peor de nombre, aporta el nuevo Plan de Empleo Rural (PER). Gobierno y sindicatos, en un nuevo y significativo pacto, lo han rebautizado como Acuerdo para el Empleo y la Protección Social Agrarios (AEPSA), pero el modelo de ayudas a los trabajadores del campo de Andalucía y Extremadura es parecido al anterior. Sigue basándose en el subsidio agrario y en las inversiones a través de los ayuntamientos Para facilitar peonadas cuando no haya trabajo.El PP no recorta las inversiones que contemplaba el por este partido denostado PER, sino que las incrementa un 17%, a pesar de que haya sido un buen año en términos agrícolas. Pero el Gobierno sostiene que destinará una parte de esas inversiones a generar empleo estable y economía productiva, música muy oída, pues la tararearon también los anteriores ministros de Trabajo, sin conseguir lo que se proponían. ¿Cómo lo piensa lograr el Gobierno del PP?

Con el plan suscrito por el Gobierno y los sindicatos quedan en evidencia a la vez la dificultad de encontrar otras posibilidades para este sector y las aceradas críticas que dirigió el PP cuando estaba en la oposición. Entonces, los populares acusaban a los socialistas de garantizarse con el PER un "voto cautivo". ¿De quién, si de alguien, ahora? ¿Se comprometió por ello ayer el ministro Arenas a no utilizar de forma partidista este acuerdo? En todo caso, resulta positivo que, más allá de aquella demagogia, los populares hayan reconocido la existencia de un problema en el campo que requería una solución, aunque sea temporal, como el PER.

El nuevo PER no supone, pues, una ruptura con el pasado, sino que se sitúa en la línea de reforma que ya había venido diseñando desde 1994 la anterior Administración, con los servicios integrales de empleo o. la estrategia para promover inversiones y desarrollo agroindustrial en el medio rural.

Es posible que los responsables del Partido Popular hayan llegado a la conclusión de que el PER no se podía suprimir de un plumazo. Pues en el medio rural, del que anteriormente tiraba el resto de los sectores cuando necesitaban una mano de obra barata, hay una población activa bloqueada, sin salidas hacia otras actividades, a la vez que se reduce el empleo en la agricultura.

Parece oportuno, como lo hace el acuerdo, plantear la generación de empleo rural por medio de recursos propios infrautilizados, como el desarrollo agroalimentario, el turismo, la artesanía o la defensa del medio ambiente. Aunque son ideas que también se propugnan desde la Unión Europea, no cabe ignorar que estos proyectos vistosos tienen bastante de utópicos, o cuando menos voluntaristas, si con ellos se pretende generar elevados índices de empleo en el campo. Pues, en lugar de empleo, en unos años se podrían crear nuevos parados en la industria agroalimentaria. Avance en una dirección adecuada resultan los intentos de clarificar la situación de los censos en base a los cuales funciona este plan, y de creación de escuelas de formación.

De forma complementaria, el nuevo acuerdo va a estudiar la posible aplicación, y su impacto presupuestario, de la prestación de desempleo contributivo para los traba adores eventuales del campo en toda España, con la intención de que empiece a reconocerse ese derecho en 1998. Los trabajadores del campo constituyen, junto a los empleados del hogar, el único colectivo que en la actualidad no cuenta con prestaciones por desempleo. ¿Es esto compatible con -la moneda única europea y las restricciones presupuestarias que conlleva? A primera vista, parece que no.

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