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Se suicida un imiportante científico ruso por falta de perspectivas profesionales

El investigador escribió que no soportaba más la crisis financiera

Pilar Bonet

Vladímir Nechái, un prestigioso científico que dirigía el Centro Nuclear Federal de Rusia, se suicidó de un tiro el miércoles por la noche en su despacho en la ciudad secreta de Snezhinsk, en los Urales. Las causas de este acto desesperado, según la mayoría de las versiones, fueron la falta de perspectivas para él y quienes, como él, forjaron el potencial nuclear bélico de la antigua URSS y hoy apenas pueden sobrevivir con sueldos exiguos.

El Centro Nuclear Federal de Rusia, que antaño fue conocido como Cheliabinsk-70, se creó en 1955 para elaborar sistemas de armas atómicas. El fin de la guerra fría las Moratorias de pruebas nucleares y. los acuerdos de desarme provocaron una profunda crisis en el sector, que continua agravándose con la falta de recursos presupuestarios y el fracaso en la puesta en marcha de proyectos industriales de conversión de tecnología punta militar al sector civil.Nechái, de 61 años, trabajaba en el Centro Nuclear Federal de Rusia desde 1958 y había sido elegido director de la institución en 1988. El científico dejó una nota en la cual explicaba que no podía soportar más la indiferencia ante los problemas del sector de Defensa de Rusia, según la cadena de televisión NTV.

Los empleados del Centro Nuclear Federal no cobran desde mayo y, a principios de octubre, recorrieron los 2.000 kilómetros que median entre los Urales y Moscú para protestar frente al Ministerio de Finanzas. El Gobierno prometió que pagaría los atrasos antes de fin de mes, pero no cumplió su palabra y el pasado día 30 los empleados, cuyo sueldo medio no llega a los 50 dólares mensuales (6.500 pesetas), recibieron una mísera compensación.

Esto podría haber sido la gota que colmó el vaso de la paciencia del profesor Nechái, que había sido distinguido con el premio Lenin y el premio nacional de la URSS por sus investigaciones sobre la creación de prototipos de armas termonucleares. La Duma Estatal debate este mes el presupuesto de 1997 y Nechái estuvo en Moscú recientemente con intención de lograr más recursos para su centro, lo que al parecer no consiguió. La cuenta bancaria del Centro está congelada, dijo ayer el jefe de prensa del Ministerio de Energía Atómica, Guiorgui Kaúrov.

Medios próximos al científico confirmaron que Nechái estaba preocupado por la pérdida de capacidad defensiva del país, pero no pudieron confirmar si le preocupaba también la seguridad de sus instalaciones. Un reciente informe oficial del Parlamento señala que durante los primeros nueve meses de este año los programas de investigación científica y experimental de la Defensa Nacional no habían sido financiados.

En 1994, 7.000 trabajadores de Snezhinsk enviaron al presidente Yeltsin una carta en la que expresaban su temor a que el Estado dejara de hacerles pedidos.

La comunidad científica rusa se ha unido a académicos y profesores en sus protestas e incluso huelgas de hambre como la que protagonizó Vladímir Strájov, el director del Instituto de Física de la Tierra, de 63 años de edad.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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