"El atasco me salvó la vida"
Un gran atasco que se formó en la proximidad al aeropuerto de Congonhas, construido hace 60 años, en la zona sur de la ciudad de Sao Paulo, salvó la vida a tres ejecutivos brasileños que perdieron el avión. Dos horas después del accidente, el empresario Luis Carlos Relva repetía aliviado, en el pasillo del aeropuerto: "El embotellamiento me salvó la vida". Bloqueado por el intenso tráfico paulista, Relva perdió el avión y pudo embarcarse después en otro con destino a Río de Janeiro.Una situación. similar vivió el abogado Rubens Serra. En un primer instante, en los boletines de la radio y televisión fue dado por muerto. Horas después, se descubrió el error. Serra también había perdido el vuelo 404.
Según los afortunados supervivientes, la congestión de vehículos que normalmente se registra en la mañana en los sectores próximos al aeropuerto de Congonhas tuvo ayer una mayor intensidad. "El tránsito en la mañana de hoy [por ayer] era un infierno y, gracias a Dios, me impidió llegar al aeropuerto a tiempo", dijo uno de ellos.
Sao Paulo, que es la mayor ciudad suramericana y la urbe con mayor número de vehículos de toda Latinoamérica, registra cotidianamente grandes embotellamientos que, en días con algún incidente de tráfico, llegan a extenderse más de 50 kilómetros.
La hora del accidente, las 8.45 local (11.45 peninsular en España), también salvó a varias personas de la muerte debido a que, según vecinos de las viviendas contra las que el avión se estrelló, la mayoría de sus habitantes ya había salido hacia su trabajo y todos los niños se encontraban en la escuela.
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