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Estampa 96 coloca la obra gráfica de grandes maestros al alcance de todos los públicos

La feria de grabado se consolida con la participación de 80 expositores

La feria de arte gráfico Estampa se abre hoy al público en su cuarta edición con un 40% de expositores más que el año pasado. Entre los cerca de setecientos cincuenta artistas que se presentan hay desde obras de Picasso, Miró, Bacon o De Chirico hasta grabados de los más jóvenes creadores españoles. El director de Estampa, Víctor del Campo, considera que, "si decides gastar 100.000 pesetas, puedes elegir entre los grandes maestros españoles". Estampa estará abierta al público hasta el 10 de noviembre en el antiguo Museo Español de Arte Contemporáneo de Madrid.

Es evidente que lo que empezó como un modesto y hasta heroico intento de difundir el grabado como forma de expresión artística con valor propio ha llegado en su cuarta edición a un punto crucial. De los 35 expositores en 1993 a los 80 de este año y de los 125 millones de valor de la obra expuesta en aquella primera edición a los 1.065 millones de 1996, han progresado notablemente las cosas, sobre todo teniendo en cuenta que no han sido los mejores años para el mercado del arte. "El éxito comercial de Estampa es importante, aunque lo principal es que mantenemos los mismos propósitos que nos animaron a emprender esta aventura", explica Víctor del Campo. Entre las obras expuestas las hay de precios asequibles casi para cualquier bolsillo. Desde pequeños y atractivos grabados de 5.000 y 7.000 pesetas hasta un Entierro del conde de Orgaz de Picasso por 525.000 (Almacén del Arte). En una breve selección entre los artistas más cotizados se podrían destacar cuatro grabados de Dalí por 175.000 pesetas cada uno (Diagonal Art), un bacon por un millón y medio de pesetas, varios calder por 125.000 cada uno, un picasso por 4,5 millones y un aguafuerte de Miró de la última edición firmada por el artista por 6,5 millones, el precio más alto de la feria (Estiarte). De este artista hay otras obras de menor precio, como una litografía de 1961 por 562.000 pesetas y un aguafuerte de 1957 por 947.000 (Brita Prinz). La variedad en los precios de artistas consagrados es tal que se puede encontrar un tanguy por 65.000 pesetas (La chemin¿e Bleue), un tápies por 60.000 o un de chirico por 490.000 pesetas.

Mayor nivel

Los precios, en todo caso, parecen más altos que en ediciones anteriores, pero Víctor del Campo no cree que se deba a un encarecimiento del mercado. "Los precios no han subido, lo que ha subido es el nivel de obra que traen a Estampa", aclara. "Los precios más bajos siguen estando en menos de 10.000 pesetas. Pero, debido al éxito, las galerías se arriesgan a traer obra de mayor precio. Además, todas las galerías se comprometen a rebajar en los días de feria entre el 10% y el 20% en sus precios habituales y están dispuestas a dar todo tipo de facilidades de pago, sin recargo".Entre los participantes han aumentado las galerías extranjeras, que incluyen representantes de Francia, Alemania, Canadá, Argentina, México, Ecuador, Italia, Portugal, Paraguay, Colombia, Estados Unidos o Suiza, que concurre con cinco galerías y cerca de 40 artistas. También tienen stands diversas instituciones y empresas. EL PAÍS dispone de un espacio presidido por una gran fotografía de una portada de la revista cultural Babelia, que dedicó un número a Picasso, acompañada de otras fotos del artista, además de la escultura de Eduardo Chillida dedicada a EL PAÍS por el 20º aniversario que se cumple este año.

"Al visitante de Estampa le gusta ver los clásicos de la pintura de nuestro siglo y también a los artistas más jóvenes. Es un público comprador distinto a los grandes coleccionistas y, en cierto sentido, es más libre, porque puede escoger por un bajo precio entre muchas posibilidades. No es el precio el que se impone y limita, sino el visitante el que tiene un amplio poder de elección", dice Víctor del Campo.

El espacio dedicado a Suiza reúne cinco galerías comerciales y una representación oficial llamada Swiss Made. No sólo traen obra de artistas de su país, sino también de algunos españoles. El galerista Martin Wallimann afirma que es una oportunidad única para dar a conocer a sus artistas. "En la parte alemana de Suiza, de donde somos, tenemos la tendencia a contactar con los países del centro de Europa, pero no solemos tener la oportunidad de damos a conocer a los países del Mediterráneo", afirma el grabador.

A pesar de la profusión de grabados en todas sus técnicas y los experimentos que hacen los artistas con ellas, no sólo se presentan obras sobre papel en esta feria. La escultura tiene un lugar con los múltiples, que son piezas en tiradas limitadas, y también fotografías.

Las galerías Raquel Ponce y BAT exhiben una serie de esculturas de Evelyn Hellenschmidt; la primera, con precios desde las 20.000 pesetas; la segunda tiene obra de Pilar Gómez Francos y Marc Jesús, entre las 70.000 y las 290.000 pesetas. La fotógrafa Ouka Lele también participa en esta feria (Max Estrella) con obras numeradas y firmadas.

Ayer asistieron a la inauguración de la feria numerosas personas del mundo del arte, como el nieto del artista malagueño, Bernard Ruiz Picasso, y el sobrino del mismo, el pintor Javier Vilató -acompañado de su hijo Xavier-, además de autoridades como la ministra de Cultura, Esperanza Aguirre.

La entrada a Estampa cuesta 500 pesetas, a excepción de jubilados, niños y estudiantes que pueden acceder gratuitamente. Los horarios son de 12.00 a 21.00, de viernes a domingo, y de 16.00 a 2 1.00, de lunes a jueves.

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