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Un banquero que ayudó a Yeltsin a ganar, 'numero dos' del Consejo de Seguridad

Pilar Bonet

El nombramiento de un poderoso banquero, cuyo nombre ha salido a relucir en turbios asuntos e intrigas, en un alto puesto del Consejo de Seguridad de Rusia provocó ayer la indignación de distintos sectores políticos y dio al traste con la luna de miel que los comunistas mantenían con el Kremlin tras el cese del secretario del Consejo de Seguridad Alexandr Lébed. El presidente Borís Yeltsin firmó el martes un decreto mediante el cual nombró vicesecretario del Consejo de Seguridad a Boris Berezovski.

Este banquero, de 50 años, fue uno de los pilares de la campaña electoral del presidente, gracias a su influencia y a su control del primer canal de la televisión rusa. Se trata, sin embargo, de un personaje polémico, que fue víctima de un aparatoso atentado en 1994 y que, en 1995, fue interrogado con motivo del asesinato del periodista estrella de la televisión Vladislav Lístiev. Tanto el general Alexandr Lébed, ex secretario del Consejo de Seguridad, como el general Alexandr Korzhakov, ex jefe de la Seguridad de Yeltsin, le han acusado de estar detrás de turbios asuntos y de planear los asesinatos de sus rivales.El banquero, que en época soviética estudió electrónica y trabajó en un instituto de la Academía de Ciencias, se ha beneficiado de sus buenas relaciones con los dirigentes políticos, ha tenido acceso privilegiado al proceso de privatización de los bienes del Estado, y sus intereses han ido desde la industria automovilística a la industria petrolera.

Durante la campaña electoral, Berezovski colaboró activamente con Antoli Chubáis y trabó una excelente relación con Tatiana, la hija de Borís Yeltsin. En el Consejo de Seguridad, Berezovski se dedicará a las relaciones financieras con Chechenia y viajará la semana que viene a aquella república, según manifestó el secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, Iván Ribkin.

Poder usurpado

La oposición antiyeltsinista, comenzando por el jefe de la Duma estatal, el comunista Guennadi Selezniov, interpretó el nombramiento de Berezovski como, un síntoma de que el poder de Yeltsin ha sido usurpado por el jefe de su Gabinete, Anatoli Chubáis, que habría impuesto el nombramiento. Por este motivo, Selezniov pidió la destitución de Chubáis y se negó a participar en las reuniones del consejo. consultivo presidencial hasta que Yeltsin se recupere. El consejo consultivo es un órgano de nueva creación en el que, aparte del presidente, figura el jefe del Gobierno, Víktor Chernomirdin, los jefes de las dos cámaras parlamentarias y Anatoli Chubáis.En respuesta a Selezniov, el secretario de Prensa presidencial, Serguéi. Yastrzembski, manifestó que Yeltsin no se inmiscuye en los nombramientos del Legislativo y aclaró que Chubáis es miembro permanente del consejo consultivo y no sólo un sustituto del presidente en su ausencia.

El nombramiento de Berezovski difícilmente va a mejorar la imagen del gabinete presidencial y de Chubáis, aunque medios políticos próximos a la Administrasción indicaban que el nombramiento había sido impuesto por el mismo banquero, deseoso de obtener compensaciones políticas por el apoyo prestado.

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Medios próximos al Gobierno ruso sugerían que Berezovski había buscado refugio en las estructuras políticas ante un deterioro de sus negocios. Por su parte, Grigori Yavlinski, el jefe del partido reformista Yávloko, manifestó que el nombramiento de Berezovski no respondía a los intereses del Estado y "desacredita al poder presidencial".

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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