El Grupo Popular admite que el pacto vasco se explicó con "oscurantismo"

La dirección del Grupo Parlamentario Popular reconoce que hay "oscurantismo" en la forma que se está dando a conocer el pacto del Ejecutivo con el Partido Nacionalista Vasco (PNV) para la cesión de la recaudación de los impuestos especiales al Gobierno de Euskadi. Un oscurantismo que poco tenía que ver con las constantes promesas de trasparencia" que se efectuaron en el discurso de investidura del Gobierno del Partido Popular (PP) o, bastante antes, desde la oposición al PSOE. Por ello, la "sensibilidad" de los diputados del PP en el Congreso está a flor de piel ante la súbita sucesión de ataques al Gobierno que se producen en la Cámara baja. Y aunque los diputados estaban ayer más preocupados por la victoria in extremis conseguida el martes en una votación en la que se decidía el apoyo a una moción del Grupo Socialista opuesta a la congelación salarial de los funcionarios, siguen pensando en aquel tema: la forma, que reconocen ha sido "errónea", en cómo se ha vendido el pacto con los nacionalistas vascos.La mayoría de los diputados del PP tampoco manejan, además, demasiada información sobre cómo actúa su Gobierno. Los datos y los detalles les llegan con cuentagotas y especialmente en asuntos "tan complejos" como los presupuestarios y los fiscales.

"Escenificar el acuerdo"

Algunos parlamentarios populares, los más privilegiados, los que han estado presentes en varias reuniones por pertenecer a la Comisión de Presupuestos, han percibido que el Gobierno ha tenido que aceptar, en esta, ocasión, no aspectos sustanciales que ya se negociaron en su día para lograr el apoyo a la investidura de José a Aznar, sino más bien "un modo de escenificar el acuerdo" que dejara satisfechas las pretensiones de sus socios vascos.Varios diputados del PP imputan a los negociadores del PNV el hecho de que las conversaciones se prolongaran "inoportunamente hasta las siete de la madrugadav del día en que se iban a votar supuestos en el Congreso. Entienden que con esa postura se buscó el "equívoco" interesado de relacionar ambas cuestiones. Asegururan que esa actitud sólo tiene ver con la decisión que han tomado sus interlocutores vascos de copiar la forma en que Convergència i Unió (CiU) transmite a su electorado la sensación que respaldaban los presupuestos "a cambio de algo".Varios diputados del PP achacam también al PNV la imposición de mantener en secreto los detalles de ese acuerdo. Esas largas horas de silencio, en las que el Gobierno de Aznar no facilitó su versión de las conversaciones, provocado "desazón" en el Partido Popular, según fuentes próximas a su dirección. No malestar. Tampoco ninguna queja. Sólo "desazón" al comprobar que el cacareado principio de la "transparencia" no se había podido cumplir en este caso.