CiU exigirá la recaudación de los impuestos especiales para todas las comunidades

El pacto secreto entre José María Aznar y José Antonio Ardanza, que permitirá a Euskadi recaudar directamente los impuestos especiales que gravan el alcohol, el tabaco y los, combustibles -unos 140.000 millones-, amenaza con abrir una gran grieta en el Estado de las autonomías. A la rebelión de Andalucía las regiones vecinas del País Vasco se ha unido Convergència i Unió, principal socio del PP, que reclama el mismo trato para Cataluña y para todas las demás comunidades. Jordi Pujol, presidente de la Generalitat, que la noche del viernes abrió la caja de los truenos advirtiendo que no se quedará callado, rehuyó ayer entrar en la polémica para no desmentira Aznar, que horas antes había negado un compromiso con CiU sobre esta cuestión; pero destacados dirigentes de su coalición no se anduvieron por las ramas.

José María Aznar tendrá, muy probablemente, que volver a negociar con los nacionalistas catalanes antes de lo previsto. El jueves le visitará en La Moncloa Jordi Pujol, que ayer no quiso adelantar su estrategia; pero CiU ya le ha mostrado su tarjeta de visita: en cuestión de dinero, los vascos no deben ser una excepción.El presidente del Gobierno, de visita en Zaragoza, intentó parar como pudo el chaparrón que se le venía encima por su polémico acuerdo con los nacionalistas vascos. Con rotundidad, negó un compromiso con CiU para ceder también a Cataluña los impuestos especiales: "Una cosa es que haya personas que tengan interés en ciertas competencias sobre estos impuestos y otra es que exista un compromiso sobre ello. Lo primero puede ser cierto, pero lo segundo no lo es". Respondía así a la información de La Vanguardia titulada "Aznar prometió a Pujol los impuestos especiales si los cedía al PNV".Aznar no quiso abundar en explicaciones, ni siquiera comentó las declaraciones de Pujol, la víspera, anunciando que no va a esperar al año 2001, como pretende el Gobierno, para reclamar la cesión de esos tributos. Se limitó a negar compromiso alguno.También Pujol evitó la polémica. "Hoy no toca", contestó lacónico a los periodistas en Igualada (Barcelona). El líder nacionalista rehuyó repetir sus declaraciones en Terrassa, la noche anterior, donde había manifestado su satisfacción por el acuerdo con el PNV porque, dijo, allana el camino para que Cataluña también pueda lograr la gestión de los impuestos especiales. Pujol, que dio por hecho que Cataluña exigirá esta cesión, recordó que las únicas dificultades que el PP había esgrimido para negarla eran de tipo técnico.Más claros fueron otros dirigentes de CiU. El portavoz nacionalista en el Congreso, Joaquín Molins, manifestó que su coalición está decidida a volver a plantear esta reivindicación en el momento que lo considere oportuno. Precisó incluso que esta cuestión quedó plenamente aceptada por los negociadores del PP y CiU en el último acuerdo de financiación autonómica del pasado septiembre. En aquel momento, reveló, el único inconveniente que plantearon los populares eran las dificultades técnicas. Y quedó implícito que si se superaban, como ahora se ha demostrado con el pacto con Euskadi, la cesión sería posible.Molins argumentó, frente al posicionamiento del Ejecutivo, que los impuestos cedidos al País Vasco no tienen nada que ver con el concierto económico. Invocó el Libro Blanco elaborado por un grupo de expertos dirigido por el economista José Víctor Sevilla, que sirvió de guía a los técnicos del PP, y en el que se propugna precisamente la cesión del IRPF, el IVA y los impuestos especiales que gravan el consumo de bebidas, tabaco y los carburantes.Más lejos, Josep López de Lerma manifestó a la Cadena SER que si se ha pactado con el PNV, "no tiene por qué no hacerse con Cataluña y el resto de comunidades". En Com Ràdio, añadió: "No podemos asegurar la gobernabilidad del Estado, y, por tanto, apoyar al presidente Aznar y a su Gobierno mientras el mejor tratamiento se lo lleva el PNV, que numéricamente no le puede dar apoyo".Los impuestos especiales suponen la tercera fuente de recaudación más importante del Estado, con 2,16 billones de pesetas, después del IRPF, (5,9 billones) y el IVA (3'8). Para 1997 se prevé un incremento de la recaudación del 6,2%. La parte del león son los impuestos, sobre los carburantes, para los que se prevé unos ingresos de 1,39 billones. El litro de gasolina súper soporta Más de 60 pesetas por impuestos especiales. Los impuestos sobre las labores del tabaco aportarán 501.000 millones y más del 50% del valor de la venta. Las bebidas alcohólicas en general, aportan 114.000; la cerveza, 34.000, y determinados medios de transporte, 116.000.Frente a las numerosas quejas suscitadas por su pacto con el PNV, Aznar replicó en Zaragoza que es "un grave error" y "una grave irresponsabilidad" la actuación de quienes "por demagogia" promueven y atizan el enfrentamiento entre las comunidades. El jefe del Ejecutivo señalaba de esta forma incluso a los presidentes regionales del PP discrepantes con los beneficios otorgados a Euskadi, y les pedía directamente "corresponsabilidad política" con su gestión.Con repetidas alusiones a la "demagogia"' de algunos, Aznar desgranó las razones por las que le parece necesario el acuerdo con el Gobierno de Ardanza, acuerdo del que está "muy satisfecho". El concierto económico en el País Vasco, razonó, "tiene que servir de punto de encuentro y de unión entre vascos. Todo lo que se pueda hacer por fomentar la unión entré los vascos, a mí me parece importante y merece la pena hacerlo". En esta línea, hizo un ruego: "Las personas responsables que hay en los ámbitos de dirección de nuestro país, que son muchas, deben hacer un esfuerzo por comprenderlo".El presidente aprovechó para subrayar que la nueva financiación autonómica "supone la mayoría de edad político-financiera en el autogobierno de las regiones. Siempre", dijo, "puede haber alguien que se niegue a ser mayor de edad, que prefiera tener actitudes infantiles".