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Windham Hill, 20 años de 'new age'

La compañía discográfica que impulsó el fenómeno cambia de estrategia

Nació en California, en 1976, gracias al empeño que puso en grabar un disco un guitarrista que se ganaba la vida en la construcción. Desde entonces, el nombre de la compañía discográfica Windham Hill se convirtió en sinónimo de un nuevo tipo de música. Pero, 20 años después, el panorama musical ha cambiado. Sus últimos lanzamientos son Sanctuary -recopilatorio con 32 de artistas- y Linus & Lucy, un disco del pianista George Winston dedicado a las composiciones de Vince Guaraldi.En 1976, el californiano William Ackerman pidió prestados 300 dólares para grabar un disco de guitarra acústica. Sesenta amigos contribuyeron a la causa. Cada uno entregaba cinco dólares a cuenta por la compra del futuro vinilo. Con In Search of the Turtle's Navel, arrancaba la historia de Windham Hill, una compañía que rompió los esquemas de la industria discográfica gracias a las inesperadas cifras de ventas de sus producciones de música instrumental contemporánea.

De la viabilidad financiera de la empresa, que en pocos años pasó a tener un presupuesto de cientos de millones de dólares, tuvo buena culpa el éxito de George Winston. Con el romanticismo de álbumes como Autumn, Winter into Spring o December -el disco más vendido en la historia de Windham Hill-, que se inspiraban en imágenes de paisajes rurales y montañosos o en las estaciones del año, contribuyó a establecer etiquetas como la de "nueva música instrumental" o 'new age' Y el de Montana se convirtió en uno de los pianistas más influyentes de los últimos lustros.

Fueron legión los que siguieron sus pasos e inundaron el circuito con conciertos de piano en solitario. Ahora, a sus 47 años, Winston acaba de publicar Linus & Lucy, con las canciones que Vince Guaraldi escribió para las películas de Carlitos y Snoopy.

Durante estos años han sido muchos los proyectos discográficos inspirados en Windham HiIl. Ya sean indepedientes o directamente ligados a multinacionales: Private, Narada, Silver Wave, Venture, Hearts of Space, Celestial Harmonies -que ha llevado el flamenco hasta Arizona-, Higher Octave, Coda... En busca de un público más maduro, hastiado por las canciones para jovencitos y fascinado por unas propuestas estéticas diferentes, la calidad técnica de las grabaciones y unos en voltonos cuidados hasta el último detalle.

Windham Hill ha diversificado sus propuestas con artistas más próximos al jazz -Andy Narell o el dúo Tuck & Patti-, y su filial High Street Records está abierta a sonidos cercanos y el blues, con cantautores como John Gorka o grupos alternativos como The Subdudes. A principios de los noventa, el fenómeno de la música new age entró en recesión. El panorama musical había sufrido cambios importantes. Figuras del pop se acercaban sin tapujos a los músicos de África, Asia, América del Sur, el Caribe o Europa del Este. Y el rótulo world music empezaba a imponerle. Acorde con Ios tiempos, la gran pasión de Winston son los peculiares guitarristas de Hawai, como Keola Beamer, Cyril Pahinui o Ray Kane, cuyas grabaciones edita en el sello Dancing Cat Records.

Hace unos meses, los dos últimos supervivientes de la tripulación, Anne Robinson y Fritz Kasten, abandonaron la nave. En 1991 se había marchado William Ackerman tras vender el 50% de su participación a una multinacional y firmar una cláusula según la cual ésta podía ejercer el derecho definitivo de compra. Y así ha sucedido. La nueva campaña de divulgación en Estados Unidos se centra en vanas revistas de las denominadas femeninas. El objetivo: consumidoras de entre 25 y 45 años. Mientras, Ackerman, que cuenta que casi llegó a ahogarse bajo el negocio, se ha refugiado en su música, en sus viajes en globo o en el surf. Y es que, según le confesó a un conocido suyo: "La vida es muy corta y no hay un segundo que perder".

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