La hora del cambio
El horario de verano se despide en medio de una campana francesa para su supresión definitiva
Los relojes se retrasan una hora esta noche para despedir el horario de verano. A las 3,00 serán las 2,00, con lo que el domingo tendrá 25 horas. Pero los ardíos crepúsculos y lentos amaneceres estivales a los que Europa se ha venido acostumbrando desde 1976 podrían tocar a su fin. el año que viene, de prosperar la iniciativa de un diputado francés para mantener durante todo el año el horario de invierno, sólo una hora por delante de la solar. Entretanto, Portugal se ha descolgado de Europa.En España, el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) estima que el adelanto veraniego supone un ahorro del 5% en el gasto de iluminación de los hogares, y del 3% en el consumo de aire acondiciondo en servicios y comercios: en total, cerca de 11.500 millones de pesetas anuales.
Los detractores del baile de manecillas mantienen que el cambio horario altera los ritmos naturales marcados por el neurotransmisor melatonina y dependientes de los ciclos de luz. Según este punto de vista, la repetición durante años del cambio estival, acaba produciendo desfases fisiológicos, sobre todo en niños, ancianos y personas enfermas.
Ni uno ni otro extremo convencen a todo el mundo. José Luis García, presidente de la organización ecologista Aedenat, opina que el ahorro energético derivado del adelanto horario es "el chocolate del loro" en comparación con lo que podría ahorrarse con un programa sistematico de contención del consumo doméstico. García, sin embargo, no es de los que se oponen al cambio de horas por sus supuestos efectos fisiológicos indeseables. "En la vida urbana moderna", señala, "ni los horarios laborales ni los hábitos de ocio dependen de la luz natural; nadie se va a la cama porque se haya hecho de noche".
Pero los tiros pueden venirle al reloj por otro lado.El primer ministro francés, Alain Juppé, encargó en julio un informe al diputado François-Michel Gonnot sobre los polémicos cambios horarios y sus efectos sobre el ahorro energético y los hábitos de la población. Gonnot entregó su informe al primer ministro el miércoles pasado con un título elocuente: Cambio de hora: la hora del cambio.
Biorritmos
Gonnot asegura que "una gran parte. de la población sufre perturbaciones con los cambios de hora"' y que "los ritmos biológicos se respetan mejor con el horario de invierno". El primer ministro deberá ahora decidir si está en su mano convencer a sus socios europeos de que abandonen el adelanto de verano o si, al menos, una interpretación estricta del principio de subsidiariedad podrá permitir a cada país miembro fijar el tiempo a su conveniencia.Aunque la gran mayoría de los franceses está en contra de cambiar el reloj cada temporada, sus preferencias sobre la fijación de uno u otro horario están sometidas a volátiles vaivenes. Un sondeo de Sofres en enero arrojó un 41% a favor de mantener todo el año el horario de verano y un 31% en apoyo del de invierno. Pero la semana pasada, el horario de invierno ganaba por un contundente 58% a 34%.
Una directiva europea de 1994 obliga a los países socios a armonizar sus cambios horarios hasta 1997, por lo que, aun cuando la iniciativa Gonnot prosperara, el próximo, verano, la hora se adelantará de nuevo, quizá por última vez.
Con directiva o, sin ella, el gobierno de Lisboa ya se ha descolgado del sistema. Aunque Portugal no adelantó la hora en marzo para adaptarla al horario de verano, sí la retrasará esta noche como todos los demás, por lo que a partir de mañana su tiempo oficial coincidirá con la hora solar.
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