San Sebastián de los Reyes abre sus calles a la escritura rápida y la cerámica

Tener una civilización mitológica en una ciudad moderna es algo a lo que se atreven pocos escritores. Hacerlo en dos folios y con un tiempo límite de 10 minutos es, además, toda una aventura. Éste es uno de los ejercicios de imaginación a los que la asociación Necronomicón de San Sebastián de los Reyes (58.000 habitantes) sometió a los participantes en su Concurso de Literatura Rápida, organizado dentro del Encuentro de Asociaciones Juveniles que se desarrolla durante este fin de semana en la localidad, y que también ha incluido una cocción de cerámica abierta a todos los que quisieran trabajar el barro con sus manos.

"Se trata de forzar la capacidad literaria para que los que escriben se acerquen lo más posible a la pura imaginación", asegura David Méndez, encargado de la organización, quien añade: "No se hacer una redacción de colegio, sino de intentar crear literatura en poco tiempo y de forma directa".Para ello se crearon ciertas reglas. La organización distribuyó a cada participante dos tarjetas, una con un género literario (épica, mitología, suspense..) y otra con un lugar específico. Entre esas coordenadas había que construir el relato.

"Me ha tocado el gore [literatura de sangre y violencia] en un restaurante de comida rápida. Como alguien lea esto va a pensar que soy un degenerado" afirmaba uno de los participantes al entregar su relato, mientras que otra participante aseguraba: "Cuesta mucho acabar dentro del tiempo porque no puedes llevar nada ideado de antemano".

Del satanismo a Oriente

Las combinaciones fueron explosivas: satanismo en un planeta alienígena, suspense en una aldea oriental o una civilización perdida en medio de una metrópoli urbana. Los resultados de estos cócteles literarios no se conocerán hasta el 11 de noviembre, cuando se haga público quién se lleva las 10.000 pesetas del premio.Pero el aliento creativo de este encuentro de asociaciones no se limitó a la literatura. La Asociación Kerámicos realizó una cocción popular de cerámica en la que pudieron participar todos los jóvenes que lo desearon. "Se trata de sacar un poco la cerámica a la calle para que la gente sienta el gusanillo, no sólo por los trabajos finales, sino por aprender la técnica y la forma de realizarlos", explicaba un integrante de la asociación mientras recogía el horno y los materiales que habían estado toda la jornada en una explanada frente a la Casa de la Juventud, sede de estos encuentros juveniles.