El terrible 'burka'

De vez en cuando saltan a los medios de comunicación palabras que desconocíamos y que pasan a engrosar nuestro léxico. Una de las que me parecen más terribles es la palabra burka, un vocablo de resonancias arcaicas y ancestrales y de significado monstruoso por lo que encierra de depresión, de uniformización de comportamientos y conciencias, de supresión del más leve rasgo de individualidad. Como Pasa a la página siguiente

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mujer me siento injuriada en cada uno de esos rostros ocultos, en cada una de esas imágenes fantasmagóricas a que han sido reducidas las mujeres afganas.

Y entretanto, ¿deberemos contemplar impasibles esa serie de normas absurdas impuestas por un puñado de mandatarios que, amparados en la legitimidad que confieren las armas, han convertido todo el país en una cárcel? ¿Se han manifestado acerca de tal aberración los organismos internacionales, o insignes personalidades como Bill Clinton, o los políticos de nuestros aledaños? ¿O bien se abstendrán de hacerlo en nombre del principio de no injerencia en los asuntos internos de un país soberano? ¿Y acaso no es una injerencia en los asuntos internos de las mujeres afganas, y por extensión de todos los ciudadanos de ese país, el hecho de que se les impida conducir su vida como quieran? Lo ignoro todo acerca del derecho internacional, pero no paro de repetirme que algo habría que hacer, algo habría que hacer-