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Rojo advierte de que entrar en la UEM exige mantener el ajuste más allá de 1997

El gobernador del Banco de España, Luis Ángel Rojo, recordó ayer en el Congreso que la entrada en la moneda única requiere que el ajuste fiscal vaya más allá de 1997. "Los presupuestos" dijo, "tienen que dejar clara la voluntad de continuidad en la reduccíón del déficit y la desinflación". Rojo calificó de "delicada" la actual situación de los precios en España en relación al cumplimiento de Maastricht. Destacó la debilidad del consumo -el privado crecerá un 2,1% en el tercer trimestre- y negó que se hubieran bajado con retraso los tipos de interés.

Rojo utilizó ayer su mejor tono de mesura para advertir de uno de los asuntos capitales de la Unión Económica y Monetaria (UEM): "La exigencia de estabilidad para los países que finalmente la formen, es decir, la necesidad de perseverar en el ajuste de las cuentas públicas". "El presupuesto de 1997", dijo, "es una pieza de una sucesión de piezas presupuestarias que tienen que implicar más eficacia en la gestión pública, y una serie de reformas".Para Rojo, los primeros años de la UEM se van a caracterizar por un esfuerzo de ajuste fiscal "considerable". Por ello no duda en afirmar que la UE aprobará antes de fin de año la propuesta alemana sobre el Pacto de Estabilidad, que implica la presentación, antes del 1 de enero de 1999, por parte de los países que formen el euro, de un plan de tres años que incluya el compromiso de dejar el déficit público en el 1% o cerca del equilibrio. Sólo podría superarse el 3% de déficit de forma "excepcional y transitoria". Si no se cumplen estas condiciones, se establecería una sanción en forma de depósito sin interés y multas. ,

El gobernador cree, pues, que la tarea no ha hecho más que empezar, aunque vislumbra un panorama moderadamente optimista: situó las previsiones de crecimiento de la economía española en el 2,2% o 2,3% para 1996, y en el 2.9% o 3% para el año que viene.

El gobernador reseñó el buen comportamiento de la balanza comercial y del dinero en circulación, pero insistió en dos preocupaciones: la lenta recuperación del consumo y, sobre todo, la dificultad de converger en la inflación, en este último caso no por la evolución de los precios en España, que calificó de "favorable", sino por la fuerte reducción del IPC en otros países europeos.

Rojo terminó su intervención negando que el Banco de España haya decidido con retraso la bajada de tipos. Se ha hecho, según dijo, cuando el Banco ha comprobado que la inflación iba bien tras el repunte en los meses centrales y se ha presentado un presupuesto coherente con la reducción de inflación.

La comparecencia de tres secretarios de Estado en la comisión de presupuestos del Congreso trajo pocas novedades. Cristóbal Montoro, secretario de Estado de Economía, pronosticó que el IPC será inferior al 3% al finalizar el primer trimestre de 1997. Las comparecencias del secretario de Estado de Hacienda, Juan Costa, y de Presupuesto, José Folgado, fueron sólo un enfrentamiento entre el diputado socialista José Borrell, que asaeteaba a preguntas, y los comparecientes, que no las contestaban.

Del gris al amarillo

El objeto de discordia fue la previsión de recaudación para 1996, distinta según el proyecto de presupuestos (el Libro amarillo) y la Previsión de Recaudación del Año en Curso (el Libro gris), documentos ambos del Gobierno.Según Borrell, atendiendo al Libro amarillo,la presión fiscal subiría 0,37 puntos en 1997. Según el Libro gris, 0,71 puntos, porque la diferencia de recaudación entre uno y otro es de 253.000 millones.

La solución la aportó el diputado del PP Fernando López Amor: "Se aplica a la recaudación prevista para 1996 los 253.000 millones de ingresos devengados en 1995 pero ingresados en caja este año y todo casa". El problema, dijo Borrell, es que "el PP cuando quiere usa criterios de devengo y cuando quiere, de caja". Al final entre el gris y el amarillo se fue la tarde, que dejó leves apuntes: Por ejemplo, en el primer año de actualización de balances se recaudarán 75.000 millones.

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