La televisión rusa muestra un Yeltsin activo para negar su empeoramiento

El presidente de Rusia, Borís Yeltsin, se entrevistó ayer con el jefe de gabinete, Anatoli Chubáis, y las breves imágenes en televisión del encuentro en la residencia de Barvija, donde el jefe del Estado se prepara para su operación, contribuyeron a disipar los rumores sobre deterioro de su salud que, la noche anterior, habían llegado a Moscú procedentes de Estados Unidos.

Los rumores obligaron a la oficina de prensa del presidente a emitir un desmentido y a tranquilizar a la opinión pública con el anuncio anticipado de compromisos públicos que Yellsin ha asumido para loss próximos días, entre ellos una nueva alocución por radio a sus conciudadanos prevista para hoy, segunda tras la emitida el jueves la semana pasada, y una cita con el presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, la semana e viene en Moscú.A la inquietud sobre la salud presidencial habían contribuido también las declaraciones del ex entrenador de tenis de Borís Yeltsin, Shamil Tarpishev, que acaba ser destituido como jefe del Comité de Deportes, un cargo equivalente al de ministro. Tarpishev explicaba al diario Moskovski Komsomolets que el decreto de su cese, anunciado oficialmente el lunes, le había sido entregado el martes por la tarde sin la firma presidencial.

El acontecimiento más esperado hoy en los mentideros políticos moscovitas no es ni el debate sobre el presupuesto del Estado para 1997, que la Duma Estatal inicia en un clima de enconada oposición de los comunistas ni la alocución radiofónica presidencial sino la conferencia de prensa que dará el general Alexandr Korzhakov, el ex jefe de Seguridad de Borís Yeltsin durante más de 10 años. De esta aparición pública por todo lo alto se esperan revelaciones comprometedoras para altos dirigentes del Estado, que suministrarán más leña a las ya complicadas intrigas del Kremlim de cara a la sucesión de Yeltsin.

Acusaciones de Korzhakov

Korzhakov ha acusado al financiero Borís Berezovski, uno de los pilares de la campaña de Yeltsin, de haberle querido convencer para que asesinara a Vladimir Gusinski, otro de los hombres de negocios que apoyaron al presidente con sus medios de comunicación. Mientras tanto, Korzhakov, junto con el ex jefe del Servicio de Seguridad del Estado, Mijaíl Barsukov, y Shamil Tarpishev, han sido acusados de intento de extorsión por Borís Fiódorov, el ex jefe del Fondo Nacional de Deportes, una rica entidad que importaba alcohol y tabaco sin impuestos.En previsión de lo que pueda pasar, la Fiscalía del Estado reiteró ayer que está en marcha una investigación sobre la desaparición de archivos y documentos del servicio de Seguridad del presidente. Korzhakov había enviado documentos a esta institución para que fueran comprobados, cuando era dirigente del Servicio de Seguridad del Presidente.

Las revelaciones y papeles de Korzhakov, que se oponía a la política del primer ministro, Víktor Chernomirdin, en el sector petrolero y a la forma en que se realizó la privatización de los bienes del Estado, cobran una importancia especial, porque podrían ser usados de una forma u otra en la campaña electoral del secretario de Seguridad de Rusia, Alexandr Lébed, con quien el ex jefe de Seguridad de Yeltsin parece hacer buenas migas.

A su regreso de Bruselas, Lébed ha continuado con su campaña, como lo demuestra la diferencia de matices en las afirmaciones que hizo ayer sobre la OTAN en relación a las que realizó en la sede de esa organización. Al preguntársele si la ampliación de la OTAN incrementará la seguridad de Rusia Lébed dijo: "Nadie puede garantizar que a alguien se le ocurra en algún momento hacernos lo que le han hecho recientemente a Irak". El general reiteró también sus ideas sobre el peligro del avance de los talibanes para la unidad de Uzbekistán.