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El balón del arquitecto Buckminster

Cuando los tres galardonados con el premio Nobel de química descubrieron en 1985 la estructura de los compuestos de carbono en forma de balón de fútbol, les vino inmediatamente a la cabeza la cúpula geodésica construida por el arquitecto estadounidense R. Buckminster Fuller casi 20 años antes, para la exposición universal de Montreal de 1967. De ahí que llamaran a esos compuestos buckminsterfulerenos, o, para abreviar, fulerenos.

La historia de los fulerenos es casi tan curiosa como la propia forma de estos compuestos. Robert Smalley y su grupo los descubrieron inesperadamente en el curso de unos experimentos sobre la formación de la materia interestelar. En principio, estos balones moleculares parecían una mera curiosidad de laboratorio, pero el desarrollo de un método simple y eficaz para sintetizarlos en grandes cantidades los convirtió, en 1990, en estrellas de la química y la física.

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En combinación con diferentes sustancias, los fulerenos pueden utilizarse como superconductores,, como semiconductores o como aislantes, y su lista de utilidades abarca desde la electrónica hasta el magnetismo, pasando la lubrificación de superficies.

El fulereno es la tercera estructura con la que puede formar el carbono puro. Las otras dos son el diamante y el grafito. Los físicos, Kratschíner y Huffman lograron obtener en 1990 grandes cantidadesde fulerenos mediante el uso de un arco voltaico bastante simple. Más tarde se pudieron obtener incluso del hollín de una vela.

Polvo de estrellas

Al igual que los tres galardonados, Kratschíner y Huffman dieron con los fulerenos mientras estudiaban el origen del polvo interestelar, convencidos de que este material debía estar formado por compuestos de carbono, que es el elemento más común que forma partículas. Pero la vista alzada a las estrellas acabó fijándose en las necesidades de la tierra.En 1991, técnicos de los laboratorios Bell mostraron que la adición de tres átomos de potasio por molécula de fulereno convertía el material en un superconductor a 18 grados Kelvin (255 grados bajo cero), es decir, 18 grados por encima de la temperatura necesaria para los superconductores tradicionales. Con rubidio en lugar de potasio, la temperatura se pudo subir otros 12 grados.

Los fulerenos están siempre formados por un número par de átomos. El fulereno básico es el 60, formado por 60 átomos de carbono, y tiene la forma de un icosaedro truncado, formado por 20 hexágonos y 12, pentágonos, las mismas facetas que se combinan en blanco y negro en un balón de fútbol.

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